La vida no es tan fácil como quieren pintarla
Editorial
Los hechos ocurridos en la provincia limonense nos tienen a todos indignados, pues en Costa Rica, a pesar de todo, no estamos acostumbrados a este tipo de situaciones, donde las familias no puedan salir a la calle por temor a que se armen balaceras y mueran inocentes.
Lo triste es salir herido sin tener nada que ver en la situación tal como sucedió con las personas que fallecieron producto del tiroteo en una playa limonense, donde lo que había eran familias disfrutando del día libre; jamás se imaginaron que iban a encontrar la muerte en este lugar, que al parecer es tranquilo.
Peor aún: si se está internado en un centro médico no se sabe en qué momento van a entrar los miembros de estas bandas al hospital a volar bala de manera indiscriminada.
Como ellos dicen en los mensajes que circulan, no les importa a quién tengan que matar para acabar con sus enemigos.
Es hora de que los adultos les hagamos entender a los jóvenes que las cosas no caen del cielo y que la vida no es tan fácil como la hacen ver en las novelas de narcos, donde se ve a los capos llenos de lujos y mujeres.
Desgraciadamente no pintan las situaciones como son, ¿o acaso dan a conocer de verdad, la cantidad de muertes que provoca este negocio de las drogas o de todas las familias y parejas que terminan destruidas porque uno de los miembros quiso tener dinero de manera fácil?
Al ver la foto del presunto gatillero, nos damos cuenta de que posiblemente ni siquiera llegue a los 20 años, pero ya perdió su vida producto de querer dinero de manera fácil; sabemos que encontrar trabajo cuesta mucho, más que todo en esta provincia donde las oportunidades son mínimas.
Esto hace que muchos jóvenes en su necesidad de vivir mejor, de tener comodidades y de darles una mejor calidad de vida a sus padres y sus hermanos se dejan engañar por los grandes narcotraficantes que necesitan victimas para hacer crecer su negocio.
Los limonenses y la población en general debemos entender que ser el capo o el narco del barrio no es lo mejor que le puede pasar a una familia o una persona, pues esto lo único que trae es muerte para todos los que están a su alrededor.
Lastimosamente algunos aplauden al que se dedica a esto porque casi siempre ayuda en las comunidades, invierte bastante dinero y hasta les da trabajo a todos los del barrio; los implicados terminan convirtiéndose en héroes a pesar de que están haciendo algo incorrecto.
El ejemplo más claro de esto es el colombiano Pablo Escobar, el cual era querido por algunos cafeteros, a pesar de que envenenaba a los jóvenes de su país con la venta de droga.
Y mejor no hablamos de la cantidad de hombres y mujeres que murieron por trabajarle a este capo, del cual se han escrito varios libros y se han hecho novelas.
Es hora de que el Gobierno tico vuelva su mirada a esta provincia que por años ha estado en el olvido y que de ser necesario declare estado de emergencia por todo lo que ocurre ahí; es injusto que personas inocentes paguen por la inseguridad del lugar.
Pero también los diputados del Caribe deben ver qué pueden hacer por su provincia, ya que no se gana nada con gente hablando y hablando, pero que de hechos no haya nada.
Los pobladores de estos lugares los eligieron para que busquen el bienestar de todos y no el de unos pocos.
En cuanto a los efectivos policiales, se requiere que destinen más recursos para tener los oficiales necesarios por la cantidad de población que tenemos actualmente, no podemos quedarnos estancados pues la gente a cuidar ha aumentado; además, las circunstancias país han variado y en este tiempo los homicidios son más seguidos.
Es momento de que los ticos nos sentemos a analizar si de verdad esta es la Costa Rica que les queremos heredar a nuestros hijos, aún estamos a tiempo de cambiar las cosas, es momento de denunciar y lograr que los narcos se den cuenta de que no tienen cabida en nuestro país de paz.
