Después de la publicación de The New York Times sobre una red de albergues supuestamente clandestinos en Costa Rica para refugiar a quienes huyen de la ola de violencia y muerte desatada por la crisis sociopolítica en Nicaragua, muchas versiones circulan al respecto.
Una de ellas es que dichos refugiados al parecer reciben entrenamiento en dichas casas, ubicadas en el territorio nacional, para regresar a suelo pinolero en algún momento con un único propósito: atacar al régimen de Daniel Ortega.
Esa suposición la desmintió rotunda y categóricamente una de las personas encargadas de llevar comida, techo y medicina a esos refugiados nicaragüenses.
Se trata de Jorge Estrada, comandante de bomberos nicaragüense que se desplazó a Costa Rica después de que estallara en abril de 2018 la crisis en el país del norte, la cual ha provocado la muerte de más de 535 personas.
Estrada aseguró en una entrevista para DIARIO EXTRA que su cargo de comandante se ha malinterpretado para hacer creer que es uno de los encargados de preparar y entrenar militarmente a los refugiados.
Lo que sí cree -y no se trata de una falacia sino de una triste realidad- es que desde Nicaragua cada vez están llegando más sicarios sandinistas a amenazar, intimidar, secuestrar e incluso asesinar nicaragüenses que huyen a suelo tico.
A continuación, la reveladora entrevista que ofreció Estrada a un equipo de El Diario del Pueblo.
El cargo que usted tenía en Nicaragua como comandante de bomberos se está malentendiendo. ¿Es así?
-Los refugiados saben muy bien que soy, fui comandante de los bomberos allá (en Nicaragua), pero eso se puede malinterpretar en las entrevistas que se dan o si escriben un artículo donde me llaman comandante Jorge Estrada. Además en este tipo de lugares (casas para refugiados) se acostumbra, y también se hacía en el tiempo de los Somoza, asignar ciertos apodos como por ejemplo decirles “comandantes”, o les ponen otros nombres, no necesariamente comandantes. Por ejemplo, hay una señora a la que le dicen “minúscula” a otra le dicen “madrina”, o sea nombres que no son los nombres.
¿Por qué lo hacen?
-Para protegerse la identidad, más ahora que son perseguidos por sicarios sandinistas. El gobierno sandinista de Daniel Ortega está enviando sicarios aquí. Hay que recordar que este régimen no es como cualquier otro, que cuando uno se va del país o al exilio está a salvo. Estos señores tienen fama de mandar sicarios fuera del país, cosa que nunca se había visto en la historia de Nicaragua. Usted recordará cómo mandaron a matar a Anastasio Somoza Debayle en setiembre de 1980. Ellos mandaron a asesinar a Somoza a Paraguay, lo emboscaron. Esta gente tiene otra mentalidad. Operan tipo narco, por esa razón es lo de los nombres, y por eso a mí me dicen “comandante”, nada más.
¿Esta confusión surgió a raíz de la publicación de The New York Times el 14 de enero y otros artículos que circularon?
-Sí. Inmediatamente que salió el artículo de The New York Times salieron artículos en periódicos costarricenses, pero ya cambiados. No era lo que fue expuesto originalmente. Hacen pensar al que los lee que estoy haciendo un ejército dentro de Costa Rica, que estoy entrenando gente para ir a pelear a Nicaragua, y ese no es el caso. Eso es falso. Es negativo totalmente.
¿Cuál es el tipo de ayuda que les brindan a estos refugiados en Costa Rica?
-Es estrictamente humanitaria: techo, comida, medicina. Les llevamos médicos si están enfermos. De eso se trata la ayuda, de darles un lugar seguro porque no sé si están informados de esto, pero aquí se han visto casos de jóvenes que aparecen muertos porque sicarios del régimen sandinista han entrado a asesinarlos o se los llevan secuestrados. A eso me dedico, a ayudarles, a darles un lugar seguro, a ayudarlos con medicinas. Eso es, nada más.
Me decía que las autoridades costarricenses conocen de esas casas, por lo cual no son clandestinas.
-Exactamente. Es una falta de responsabilidad y una falta de seriedad decir que son casas clandestinas, que el Gobierno de Costa Rica no sabe dónde están, eso es totalmente falso. En primer lugar, en Costa Rica, a pesar de que no tienen ejército, tienen un sistema de inteligencia buenísimo. Aquí no se les pasa nada, incluso el sistema es quizá mejor que el de Nicaragua, que tiene tanta fama. Es imposible tener un refugio sin que sepan las autoridades costarricenses. Ellos están muy bien informados de dónde están estos refugios. Ellos han visitado estos refugios porque han recibido denuncias falsas y desgraciadamente sospechamos que de funcionarios o exfuncionarios nicaragüenses, que están aquí jugando el papel de héroes, que por miedo a perder protagonismo no quieren que otros estén haciendo buenas obras y están saboteando esos refugios con la intención de que sean cerrados en un futuro. Los policías han llegado como cinco veces a uno de los refugios de la finca, han entrevistado a todos los muchachos, han registrado la casa, jamás han encontrado armas, jamás ha habido nada que indique que ahí se están entrenando para una guerra. Es totalmente falso.
¿Cómo es eso de que son los funcionarios o exfuncionarios?
-Costa Rica es el bastión de la democracia en Latinoamérica. No se puede permitir que políticos corruptos de Nicaragua, que es un país que tiene fama de corrupto en toda América, vengan aquí a manipular a las fuerzas policiales de Costa Rica. Eso no se debe permitir. Hay alguien manipulando a las fuerzas policiales del país, lo cual provoca que los oficiales estén llegando a los refugios constantemente y creando traumas entre las criaturas que están ahí. Deberían investigar quiénes son esas fuentes, porque ya saben que no hay armas, que no se está entrenando a nadie, ¿por qué continúan?
¿Cuántos de estos refugios están en Costa Rica?
-Ignoro cuántos en totalidad.
¿Cuántos conoce usted?
-Los que tengo, que son tres.
¿Cuántas personas aproximadamente?
-Alrededor de 200.
¿En cada casa?
-No, en total.
Usted decía que esas informaciones que medios costarricenses tergiversaron pueden ser utilizadas por el gobierno de Daniel Ortega para idear un plan contra Costa Rica.
-Es correcto. Los medios que sacan estas noticias le están dando fuerza a Daniel Ortega para hacer un plan, una denuncia internacional en contra de Costa Rica por tener elementos armados, por permitir dentro del territorio de Costa Rica grupos que después cometan crímenes en Nicaragua, lo que es completamente falso.
¿Ante quién haría esa denuncia Daniel Ortega?
-Ante la comunidad internacional. No lo sé, esos detalles no se los puedo decir, pero sí lo veo venir.
¿Qué ganaría Ortega con una denuncia de ese tipo? ¿Tener una justificación para hacer una intervención militar en el país?
-Ellos son capaces de todo, pero dudo que vayan a ser tan brutos. Tonto no es Ortega. Él sabe que si hace eso, Estados Unidos y los países aliados no lo van a permitir, pero creo que puede tratar de crear una cortina de humo para aparentar que él es la víctima y que Costa Rica lo está atacando. Es para lo que puede servir ese invento.
¿A usted particularmente cómo le afectan estas informaciones tergiversadas a partir de la nota de The New York Times?
-Se ha afectado no tanto a mi persona, pero sí a las criaturas que están refugiadas, que estaban tranquilas luego de haber visto las masacres, el asesinato de sus familiares en Nicaragua. Ellos cuando miran a un policía se asustan, lloran y ahora que ya estaban tranquilos ven que está llegando la policía de Costa Rica a chequearlos frecuentemente. Entonces se asustan, se traumatizan, no solo los niños, sino también los jóvenes que están ahí; eso lo que provoca es que algunos huyan del refugio, ya que están aterrorizados y cansados de las mismas preguntas, de estar recordando aquellos momentos tan tristes y traumáticos. Además les advierten que los van a sacar o a deportar a Nicaragua y obviamente eso significa la muerte.
¿Ha recibido amenazas directas?
-Por supuesto. Están haciendo pensar no solamente a la población de Costa Rica, sino también a la de Nicaragua, y eso no es cierto. No soy comandante de nada en esas casas de refugiados. Estaría haciendo algo en contra primero de Costa Rica, que es un país soberano y desmilitarizado, por lo cual hay que respetarlo, y segundo, algo en mi contra porque no creo que esa sea la solución al conflicto. No se puede violar la Constitución Política de Costa Rica abriendo campamentos de ejército dentro del territorio tico. Insisto en que eso es totalmente falso. Además están haciendo creer a los del gobierno de Ortega que aquí tenemos un potencial ejército, que está siendo entrenado para ir a hacer ataques dentro de Nicaragua y eso nos expone.
¿Cuál es la situación de esos nicaragüenses? ¿Pidieron refugio?
-Sí. Todos fueron recibidos en Costa Rica con los brazos abiertos. Solicitaron refugio como se debe, pero están esperando, como procede en estos casos. Desconozco con exactitud el proceso, pero sé que muchos de ellos han recibido un carné para que puedan trabajar.
¿Cómo consigue recursos para mantener estas casas de refugiados?
-Eso es algo que hacemos con unos amigos. Hacemos lo que podemos, con arañazos y pellizcos, así hacemos para comprar la comida y las medicinas.
¿Cuántos años fue comandante de bomberos en Nicaragua?
-Seis años.
¿Hace cuánto salió de Nicaragua?
-Hace tres años.
¿Cuándo llegó a Costa Rica?
-Cuando empezó todo esto para apoyar a mis hermanos.
¿Cómo ve el panorama respecto a Nicaragua? ¿Qué opina de la aplicación de la carta democrática interamericana?
-Esperamos que las presiones diplomáticas surtan efecto no solo para Nicaragua, sino también para los hermanos venezolanos; que toda esa fuerza de la comunidad internacional no la aguante Ortega y dentro de poco se vaya. Es más, cuando hablamos de esos elementos armados y guerras no estoy de acuerdo, pienso que no es necesario, ya no queremos más sangre. Además Ortega quiere una guerra, por él mejor porque es la fuerza de él y hacerse la víctima. Pienso que es cuestión de un par de meses para que se vaya Ortega y si sale la carta democrática, que creo es un hecho, ahí sí se acabó todo.
PERIODISTA: Marco Antonio González
CRÉDITOS: Foto: Mauricio Aguilar Rojas
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Jueves 31 Enero, 2019
HORA: 12:00 AM
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