Diario Extra - Sicarios reciben armas y luego las devuelven

La actual escalada de violencia se refleja no solo en los homicidios, sino en las tentativas, donde los agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Puntarenas atienden cómo mínimo dos casos por día.
Los tiroteos suceden a toda hora y hasta con presencia de personas ajenas a las rencillas que mantienen grupos delictivos, de manera que no hay duda de que a los gatilleros lo único que les interesa es cumplir la misión.
Lo que llama la atención de las autoridades es que los perpetradores del hecho son jóvenes, inclusive menores de edad, algunos sin empleo y pertenecientes a grupos criminales que los reclutan por poco de dinero para andar repartiendo plomo a sus enemigos.
De acuerdo con la policía, les obsequian la motocicleta que en algunos casos son robadas y adulteradas, inclusive les dan el arma de fuego que posterior a cometer el encargo deben devolver al “armero” para que las “enfríe” y poder usarlas en un próximo hecho de sangre.
Según Gerardo Castaing, exinvestigador judicial que dio declaraciones a DIARIO EXTRA, este proceder es parte de la logística de los grupos criminales.
“Cada sicario debe actuar rápido y para evitar algún ligamen con el hecho de sangre rápidamente se deshacen del arma homicida. Esto es por si la policía los detiene evitar que el arma sirva de evidencia y que los incrimine, pero luego vuelven a utilizarla en algún hecho delictivo”, explicó.
Datos del OIJ reflejan que la zona de Chacarita es donde hay mayor incidencia con un rango de horas de entre las 9 p.m. y las 6 a.m., donde se implanta la ley del no sé nada y no vi nada.
Trascendió que el tipo de arma más utilizada por los gatilleros es la 9 mm, sin embargo se tiene conocimiento de que manipulan también revólveres calibre 38 para no dejar casquillos en la escena.
Los armeros también se encargan de limarles la serie y evitar que las autoridades den con el verdadero propietario, ya que muchas son robadas a civiles o agentes de seguridad privada.
También se sabe que algunas armas las compran en el mercado negro a precios accesibles, donde no se hacen preguntas de ningún tipo.
La labor preventiva que realizan los oficiales de la Fuerza Pública debe ser más constante en lugares que presentan mayor incidencia debido a la venta, distribución y consumo de drogas que se da en todo momento.