Dos hombres capturados y el decomiso de 360 kilos de marihuana dentro de un vehículo de lujo es el saldo de un operativo que agentes judiciales realizaron en la Zona Sur del país.
Los sujetos viajaban en un carro Land Rover al que agentes del OIJ le hicieron el llamado a detenerse a su paso por el puente Térraba en Palmar Norte.
El conductor ignoró la señal y aceleró dándose a la fuga por la carretera Costanera Sur, que fue escenario de una persecución que se extendió varios kilómetros por el lugar conocido como Tres Ríos de Osa.
LLAMADA CONFIDENCIAL
Los agentes habían recibido informes confidenciales de que un vehículo llevaba un cargamento de droga, por lo que se dispuso hacer un operativo en Palmar.
Al percatarse de la presencia policial y de que estaban a punto de ser detenidos, ambos pasajeros decidieron dejar abandonado el carro a un lado de la carretera y emprender la huida a pie ingresando en la montaña.
De inmediato se coordinó con miembros de la Policía Administrativa, Policía de Fronteras y Turística, quienes prestaron colaboración para buscarlos entre la montaña, incluso se hizo un sobrevuelo en la zona con un helicóptero de Seguridad Pública.
Fue así como se consiguió capturar a los sospechosos que responden a los apellidos Porras Hernández y Granados Christhophey.
EN VEHÍCULO DE LUJO
Los supuestos narcos transportaban los paquetes de cannabis un lujoso Land Rover placas 648832 valorado en más de ¢25 millones.
El automotor está registrado a nombre de una mujer de apellido Fonseca Picado, vecina de Santa María de Dota, casada con un extranjero de apellido Valiente Pascual.
Ahora las autoridades judiciales se ocupan en determinar la procedencia de la droga y hacia dónde la llevaban.
Los agentes sospechan que el cargamento ingresó por mar y probablemente la llevaban a alguna bodega, para después movilizarla fuera del país.
La Zona Sur de Costa Rica y propiamente las playas de los cantones de Osa, Corredores y Golfito son de los más utilizados por el narcotráfico para ingresar droga traída de Sudamérica.
Parte de la mercadería se queda en Costa Rica y la mayoría se moviliza hacia Norteamérica y Europa mediante distintas vías.
Este decomiso se une a los realizados el pasado martes en Orotina, de 150 kilos de droga ocultos en cinco sacos y el miércoles de 1.000 kilos de cocaína detectados en una vagoneta que venía de Jacó.
