No estamos para alcahuetear diputados
Editorial
¿Gasolina gratis y salario completo sin trabajar? Un mes libre a los diputados para que se dediquen a sus proyectos electorales es una verdadera alcahuetería, si se trata de que en ese periodo el país les siga pagando como si laboraran para los fines legislativos, que para ello los nombraron.
El proceso electoral es el eje fundamental de la democracia y todos los ciudadanos debemos aportar para fortalecerlo, pero ese argumento es insuficiente para pretender costearles la campaña a los congresistas que aspiran a algún puesto o promoverán a los representantes de las agrupaciones políticas.
Si la presencia del legislador es clave en la campaña, como en el caso de aquellos que son postulantes, lo que corresponde es que tramiten una licencia sin goce de salario, pero no que pretendan además de que están dedicados a fines proselitistas que se les cancele un mes más como si trabajaran.
El resto de legisladores deberá ajustar sus horarios y asistir a las actividades conforme a sus jornadas, de todas formas una mayoría ya el viernes no se presenta al Congreso.
Pero más de ¢200 millones en remuneraciones, mientras la Asamblea no avanza quedaría en un cierre técnico, es improcedente; aún más en un escenario de crisis financiera, donde ya el Gobierno alega problemas de liquidez, atrasa el pago a funcionarios públicos y presiona por la aprobación de nuevos impuestos. ¿Entonces?
A este momento, el diputado Gonzalo Ramírez, presidente de la Asamblea Legislativa, quien disfruta de sus vacaciones (por cierto, una semana más que la mayoría de trabajadores), no ha buscado pronunciarse sobre la ruta que debe tomar el Congreso en enero.
Sí lo hizo para intentar promover un proyecto de ley que quiere que obtenga el respaldo, pero no les ha dicho a los costarricenses si se pondrá o no a laborar junto a sus compañeros.
El Gobierno optó por el camino de quitar de discusión los proyectos de ley durante este mes, alegando que no hay ambiente para negociar las propuestas, nuevamente dejando en deuda a los ciudadanos que independientemente de la coyuntura urgen por las reformas y proyectos que este país necesita, que se caracterizan por durar años en su tramitación en el Congreso.
Pero si no hay propuestas de ley que discutir, los diputados pueden hacer mucho más y empezar, por ejemplo, por cumplir con la discusión de las investigaciones que han realizado.
Desde el 2008 tienen dormidos decenas o cientos de informes, con recomendaciones claves, y no han logrado priorizar su discusión, incluido el reciente texto sobre las irregularidades en el otorgamiento del crédito para la importación de cemento al empresario Juan Carlos Bolaños, quien descuenta prisión preventiva.
Este lunes 8 de enero, los parlamentarios tendrán la oportunidad de aminorar un poco la mala imagen que se ha constituido por años respecto a su trabajo, de tildarlos prácticamente de vagos.
Podrán dar un paso al frente y tomar la decisión de trabajar en las cuestiones que requiere el Congreso, algunas bancadas lo han hecho, han señalado que se presentarán a laborar, pero no la mayoría, ni han dicho con claridad lo que harán.
Para todo el país ya pasó la actividad de fin y principio de año, la Asamblea Legislativa no puede darse el lujo de continuar en la fiesta; si bien el proceso electoral es una celebración, todos los ciudadanos deben vivirlo de acuerdo con las posibilidades que desde cada trabajo se tienen.
Los congresistas no son la excepción, su labor es al servicio del pueblo que votó por ellos para que durante el periodo completo, sin un mes más o menos, asumieran las funciones legislativas.
