Diciembre nos dará la respuesta

Fabio Vega

Escuchaba el otro día al coterráneo guanacasteco Henry Duarte, casualmente en un programa de televisión, hablar sobre su vida y sus triunfos en tierras alemanas, donde estudió fútbol.

Conozco a Henry desde niño cuando ambos frecuentábamos la plaza Rodríguez, en el barrio Los Cerros, en Liberia. Y sí, ese tímido y sonriente flaquillo de pies descalzos, que ponía a sus amigos a vender los productos elaborados por su madre, para poder jugar con la güilada, además de deslumbrar con sus dotes de dribling y velocidad, pasó a Saprissa y luego, postulado por la Universidad de Costa Rica, ganó a una beca para estudiar fútbol en Alemania.

Esa es la vida de Henry Duarte, un triunfador de etapas, no un ganador de competencias, que a miles costos surgió gracias a su disciplina, entrega, sacrificio y deseos de superación personal y profesional.

Entre sus respuestas a su entrevistador, dijo que el futbolista tico no se la cree a pesar de tener grandes cualidades para figurar en el fútbol élite del primer mundo. Y no se la cree porque les falta disciplina.

Y queda evidenciado cuando se escuchan vagos argumentos y trilladas frases como “así es el fútbol” para justificar errores de formación y de fundamentos cometidos en la cancha.

El fútbol moderno cambió en sus sistemas, pero la mentalidad del futbolista tico, muy poco. Vamos para el sexto mundial y da grima ver una Selección que saca su pase a puro coraje, pero con un pobre juego táctico, que esperan remendar entre luces y sombras, en lo que resta de aquí a diciembre.

De este proceso a Catar lo rescatable es la camada de jóvenes con proyección a triunfar, a los que habrá que cultivarles, si bien se lo proponen, esa disciplina en su complemento de formación futbolística y cultural. Tienen la ventaja de crecer en esta etapa a la par de figuras triunfadoras como Bryan Ruiz, Keylor Navas, Celso Borges, Óscar Duarte y Joel Campbell, todos ellos mundialistas y con experiencia en las principales ligas élites de Europa y sin rabo que les majen, hasta ahora, por su conducta dentro y fuera de la cancha, en los equipos que militaron.

En estos líderes, los jóvenes con vocación disciplinaria, tienen una gran escuela de valores en lo futbolístico, cultural, empresarial y como seres humanos.

El jugador tico reúne todo para no envidiar nada, sin embargo, no queremos mejengueros, gastadores de balones, como también lo define Hernán Medford.

Ocupamos en las próximas generaciones futbolistas talentosos con sus piernas y el cerebro en la cabeza, pues hay algunos que invierten por la fama esas funciones.

¿Vamos a Catar, con la disciplina a triunfar y ganar, alianza que nos hizo brillar en Brasil o vamos a cumplir con los tres juegos habituales de siempre? Diciembre nos dará la respuesta.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Sábado 25 Junio, 2022

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Fabio Vega