Don Rodolfo, no es corrupción sino negligencia

Editorial

Negligencia significa descuido, falta de cuidado, omitir la atención debida por inacción. El caso del señor Rodolfo Méndez Mata, jerarca del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), podría no constituir corrupción, sin embargo, sí faltó a sus deberes como funcionario público.
Mientras recibía el premio como ministro del año por el avance en obras viales, el pueblo desconocía que, para lograr su cometido, estaba tomando dinero de recursos específicos; un manejo común en la Administración Pública, pero contrario a la Ley.
Méndez Mata prefirió callar y tapar el faltante de ¢70 mil millones a través de gestiones ante la exministra de Hacienda Rocío Aguilar y el asesor del presidente Carlos Alvarado, Camilo Saldarriaga.
Si Carlos Solís Murillo, su mano derecha en el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi), habla faltando a la verdad, ¿por qué el jerarca del MOPT no ha salido a desmentirlo, pero con pruebas en mano?
El Gobierno ha querido hacer parecer al Ministro como una víctima más, cuando en realidad podría ser cómplice por omisión. Lo que Méndez Mata y el mandatario Alvarado no han entendido es que piden su salida de la cartera por negligencia, no por corrupción.
Bien dice el viejo y conocido refrán: “La responsabilidad no se delega, se comparte”, y don Rodolfo Méndez Mata, al ser presidente del Conavi, figura como principal responsable de lo que ocurra en la institución.
La supuesta danza de millones que se investiga en el caso Cochinilla pasó frente a sus ojos sin que este se percatara de lo que ocurría, pese a que por sus funciones como presidente del Consejo de Administración autorizó cada movimiento presupuestario.
Por ese motivo fuerzas políticas y sindicales consideran que el Ministro debería de dar un paso al costado siguiendo el ejemplo de Ottón Solís Fallas, quien deja su designación ante la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) por aclamación popular, pero cabe reconocer que al final antepuso el crédito con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a sus intereses personales y profesionales.
Entonces don Rodolfo, ¿por qué usted no se hace un lado y deja que alguien más lidere la limpia en el Conavi? ¿No cree que eso daría una mayor credibilidad al proceso?
Resulta claro, señor Ministro, que usted falló en su gestión y no puede desligarse de la responsabilidad que tenía como cabeza de la institución que hoy es el foco del mayor escándalo de corrupción de la historia.
La intervención del Conavi no puede ni debe ser realizada con usted al frente de la institución. Por el bien del país, de las obras viales y del suyo propio, es hora de ceder el puesto.
Quedó muy mal parado don Rodolfo cuando dijo desconocer ante la Comisión de Asuntos Hacendarios para qué era el presupuesto del Incofer, pues era su función defender la partida ante los legisladores.
Así las cosas, saltan muchas preguntas: ¿Tampoco sabía usted lo que estaba ocurriendo con el presupuesto del Conavi? ¿Estaba enterado de que la mayor parte de los contratos se encontraban en manos de Meco y H. Solís? ¿Qué acciones tomó ante los informes de la auditoría interna? ¿Es común que los dueños de las empresas constructoras llamen al celular del Ministro?
Ha dicho usted que no se siente responsable y que no cometió incumplimiento de deberes, pero ciertamente en una empresa privada este tipo de omisiones son imperdonables.
Se puede ir con la conciencia tranquila haciendo eco de sus palabras, pero no con la frente en alto don Rodolfo, si es que lo denunciado llega a concretarse como un acto delictivo.
Nadie duda de que sus intenciones fueran buenas, sin embargo, no basta con eso, el precio político no solo lo paga usted, sino la Administración Alvarado Quesada.
Si no fuera así, no estaría el presupuesto extraordinario para obras viales en idas y vueltas, recibiendo el freno por parte de los diputados. No basta con decir que sabía de hechos “aislados de corrupción”. La confianza se tiene o se pierde, más en la función pública.
La exministra de Hacienda Rocío Aguilar, tras ser sancionada por la Contraloría General de la República, adujo que se iba especialmente para no hacer daño a la gestión del mandatario. ¿No cree que usted debería pagarle a Carlos Alvarado por su voto de confianza haciendo lo mismo?