Diario Extra - 17 años después la herida sigue abierta

El 5 de setiembre del 2005 la vida cambió para la comunidad de Ticari en Horquetas de Sarapiquí, cuando desapareció la pequeña Josebeth Retana, de 8 añitos de edad.
Seis días después, el cuerpo fue encontrado en quebrada Lajas, dentro de un saco con golpes en todo su cuerpo, en una posición fetal y con su uniforme de kínder que había desaparecido.

CUANTO IMPACTÓ

“Fue una noticia muy muy triste porque, diay, como te digo, era una niña, la edad no me acuerdo si eran 7 o 8 años lo que tenía. Di, para el pueblo obviamente que le pase algo así a un niño del pueblo es algo muy triste”, indicó Kimberly Alpízar Mejías, vecina del lugar.
Durante muchos años las investigaciones apuntaron hacia un hombre de apellido Salamanca que figuraba como principal sospechoso de haber dado muerte a la menor, incluso de haberla violado, algo que se descartó por los exámenes forenses.
No obstante, durante las investigaciones, nunca se logró determinar las pruebas suficientes para acusar al sujeto, que también era vecino de Sarapiquí.
Alpízar también recuerda a la niña: “Ella era una niña muy muy callada, ella no le hablaba a nadie, ella siempre pasaba calladita, uno la saludaba y ella no le contestaba el saludo, era muy muy callada”.

HUBO DESESPERACIÓN

Su madre, Maribel Retana, no comprendía en aquella oportunidad cómo alguien pudo haberle hecho daño a su hija. La desaparición provocó que toda la comunidad buscará frenéticamente a la menor.
“Fue una reacción bastante fuerte porque, diay, era una niña que iba a la escuela, viajaba por estos caminos y el pueblo reaccionó desesperado, buscaron por todas partes, caminaron esa quebrada, este, fueron por los otros lados, estaban buscando a la pobre niña que había desaparecido”, relató el pastor Evelio Solano.
El caso sigue siendo un misterio, nunca se supo como le dieron muerte a la menor, incluso el caso paso a ser guardado en el Archivo Nacional del Organismo de Investigación Judicial en San Joaquín de Flores.
A pesar de todo ese tiempo que ha transcurrido, después de todas las investigaciones realizadas, el pueblo sigue teniendo esa herida abierta y preguntándose qué fue lo que paso.
“Eso vive en el recuerdo del pueblo, no ha muerto eso, sigue vivo, es algo que esta en el corazón porque es algo que no se podía creer lo que había sucedido”, indicó Solano.
El caso de la niña Retana es y será uno de los más sonados siempre por no haberse esclarecido las circunstancias que mediaron en su muerte.