Una estrategia con pies de plomo

La pandemia del Covid-19 hace que se tenga llevar a la práctica el consejo de andar con pies de plomo, más cuando el gobierno anunció este miércoles que piensa aplicar la estrategia del “martillo y el baile”.

Lo primero que diremos en ese sentido es que la traducción resulta poco apropiada, “Hammer and dance”, que es el nombre de la iniciativa creada por el ingeniero Tomás Pueyo, nacido en Francia, criado en España y radicado en Estados Unidos, donde desde Silicon Valley en California desarrolla su carrera, no hace referencia al término baile como comúnmente podríamos conocerlo.

Por decirlo de algún modo, la danza fue la palabra que utilizó Pueyo para describir la estrategia que propone su artículo que tiene traducciones a varios idiomas y ha llegado a oídos de varios gobiernos, economistas, instituciones, entre otros.

Pero no hablaba de bailar o danzar en el sentido estricto de la palabra, se refería a ajustes estructurales en los procesos de reapertura de los países para intentar recuperar una normalidad cuyo retorno cada vez luce más lejano y complicado.

Tal es el caso de Costa Rica, que se enfrenta a una segunda oleada de contagio con registros récord y la evidente preocupación que genera entre los ciudadanos.

Ante este panorama, el gobierno está frente a un predicamento y bastante serio, tratar de mantener el control con respecto a los contagios que causa la pandemia y responder a la necesidad de que se retorne a una normalidad con limitaciones.

Hablemos en primera instancia del martillo. Se habla de martillo porque la estrategia propone que las medidas de confinamiento sean más fuertes en aquellos sectores del país en los que se identifiquen focos de contagio.

La idea es generar una regionalización para que mediante estos encierros se aplane la curva de contagios.

Sin embargo, acá es donde se debe tener un cuidado y se vuelve necesario hacer una observación. No se trata de que el gobierno tan solo imponga acciones de confinamiento con las medidas de restricción diferenciada en los cantones y distritos con alerta naranja.

Una de las acciones puntuales que demanda “la danza y el martillo” es el testeo masivo en donde los mapas de calor y registros de casos confirmados y sospechosos identifiquen como necesario ese proceder.

Costa Rica no es una nación donde se aplique una estrategia de testeo masivo, a pesar de que con la segunda oleada pandémica se vio incrementada la cantidad de pruebas diarias que se efectúan.

El plan de Pueyo justamente habla de eso, al señalar la urgencia de que también las autoridades gubernamentales pongan de su parte y no solamente envíen a los pobladores a confinamientos regionales.

Una de las razones del por qué hacer únicamente el confinamiento sería poco efectivo es lo que sucede en el distrito de Pavas, que sirve como dormitorio de manera que las personas a diario salgan a otros cantones, distritos o puntos de la geografía nacional para trabajar.

Es este desplazamiento la causa de que los contagiados asintomáticos o falsos positivos carguen el virus consigo sin siquiera imaginarlo, extendiendo el virus en otras geografías.

No obstante, la limitada disposición de análisis en el país pone en riesgo al menos en esa primera parte de la estrategia anunciada por el gobierno.

Ahora bien, si hablamos de la danza pareciera que esta parte es un poco más realizable en el entorno nacional, pero tampoco nos podemos alegrarnos demasiado, puesto que como ya se dijo de no aplicarse bien el martillo no será sencillo aplicar la danza.

Ese retorno paulatino a la normalidad con un balance entre economía y lo sanitario es lo que en apariencia se quiere efectuar al retomar la fase 3 de la reactivación, y es donde incluso organismos internacionales apuntan que se debe aprender a vivir con la pandemia.

De todo esto nos queda claro que nuestro país desea aplicar una estrategia que es costosa, ojalá haya éxito, especialmente porque demanda en logística y recursos muy valiosos, esperemos que no todo quede en un buen nombre al respecto.

Una estrategia a la que sí o sí debemos caminar con pies de plomo y con pinzas de cirujano es en la toma de las decisiones, algo que queda claro es que el Covid-19 no se va a ir y a todos nos tocará aprender a convivir con él.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Jueves 25 Junio, 2020

HORA: 12:00 AM