Mario Redondo, exdiputado y excandidato presidencial, se entrevistó con Iary Gómez, gerente general del Grupo Extra, y Paola Hernández, directora del DIARIO EXTRA, con quienes conversó sobre diferentes temas, desde el relanzamiento del Partido Alianza Democrática Costarricense (ADC) hasta la polarización que aqueja a la sociedad costarricense y la urgente necesidad de un cambio para resguardar la democracia nacional.
A continuación, sus apreciaciones.
Tenemos entendido que planea remozar el Partido Alianza Democrática Cristiana.
-Así es. Tenemos la intención de que otras personas y sectores puedan incorporarse al partido. Alianza Democrática Costarricense nunca se fundó con el propósito de ser un partido religioso, sin embargo en el camino se llegó a ver algo así. No queremos que sea un partido religioso, obviamente sí defiende principios, pero no queremos ser un partido fundamentalista, ni nada que se le parezca en esa dirección, sino más bien un partido abierto y que genere espacio a gente honesta, con vocación de servicio, y en el propósito de construir una opción seria y responsable del centro democrático en Costa Rica.
¿A qué se refiere con una postura de centro democrático?
-Hay una polarización inconveniente en el país entre lo que llaman progres y conservadores. A eso se suma que tuvimos una elección que tal vez fue una de las más polarizadas en los últimos 30 años en materia del odio que se vivió, porque la verdad en redes sociales se vivía un ambiente muy tirante, que de manera inconveniente dividió a la familia costarricense. No creemos en eso. Creemos que por más que tengamos diferencias entre los costarricenses, no nos conviene caer en la estrategia polarizante que están tratando de construir dos grupos y de dividir a propósito.
¿Dividir en qué sentido?
-Entre creyentes y no creyentes. Polarizar entre mujeres y hombres, entre heterosexuales y homosexuales, entre ricos y pobres, entre trabajadores públicos y trabajadores privados. Todo eso responde a una táctica electoral de algunos partidos políticos cuya única forma de mantenerse vigentes es sembrando esa polarización porque no tienen opción de aportar en otras áreas muy importantes que afectan más al ciudadano, que son la generación de empleo, el tema de la seguridad, la infraestructura y muchísimas otras áreas donde el país debería centrar sus esfuerzos, y no caer en una polarización tan desmedida.
¿Cuando dice “algunos partidos políticos” se refiere al PAC?
-Sí. El PAC aprovechó la llegada de la resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (sobre el matrimonio igualitario). Fue muy estratégico el momento en que esta se dio. A eso hay que sumarle obviamente mantener vivos algunos temas como la norma técnica del aborto terapéutico, etc. Esa discusión parece que es una discusión calculada con el objeto de polarizar a la población y tratar de generar apoyo electoral, por eso creo que lo primero que debe hacer el país es dejar de lado esas polarizaciones odiosas.
¿Qué proponen ustedes entonces?
-Nuestro partido busca contribuir a consolidar una opción seria, responsable, de centro democrático, que no se ubique en los extremos, sino que se ubique donde se ubica una buena parte del electorado costarricense que no es extremo.
¿Cómo volver a recomponer eso?
-Esa es la gran tarea. Un grupo de personas empezamos a reunirnos después de las elecciones y construimos algo que se llama Observatorio de la Democracia. Somos un grupo de personas preocupadas por lo que consideramos es la acumulación, pocas veces vista, de factores de riesgo para la democracia costarricense. Hago un análisis de 14 factores de riesgo de la democracia costarricense.
¿Cuáles son?
-Uno es el aumento en el descontento social, que ha llegado a niveles muy importantes; otro es la volatilidad del electorado, ya no hay una solidez de partidos tal que la gente tenga un arraigo partidario, sino que el electorado es muy volátil y se mueve mucho por factores emocionales. Tenemos un tercer factor, que es obviamente un agotamiento de los partidos políticos existentes. Un cuarto factor tiene que ver con una democracia que requiere ser oxigenada, donde la gente sienta un techo. Esto es una olla de presión, para decirlo de alguna manera. La gente durante mucho tiempo nada más iba a votar y se le daba un cheque en blanco al que gobernaba. Con las redes sociales la gente empezó a darse cuenta en tiempo real de lo que pasaba y empezó a opinar. Al principio se decía que era el derecho al berreo, pero después empezó a llenar tanto la olla de presión y a tocar un techo que ya no se conformó simplemente con opinar. Entonces el descontento se ha acumulado y no hemos tenido instrumentos para mejorar, para pasar de una democracia representativa a una verdadera democracia participativa, que es lo que necesitamos.
¿Qué otros factores encontraron?
-Tenemos una influencia externa de sectores de izquierda importante de Venezuela, Cuba y Nicaragua, que creo es contraproducente. Es decir, me parece que hay un intento por fortalecer opciones que son contrarias al régimen democrático.
¿Qué propició que el país se saliera de ese centro democrático, como usted lo llama?
-Hay errores históricos de las fuerzas políticas en este país, de quienes han dejado el discurso y la defensa de las causas de los pobres a sectores de izquierda, cuando realmente la defensa de los sectores más desposeídos debería estar en un modelo de Estado que permita la generación de mayores fuentes de empleo. Eso significa que apoye bastante al sector productivo porque mentira que vamos a crecer en este país en empleos en el sector público. La mejor forma de combatir la pobreza es generar empleo y la mejor forma de generar empleo está en fortalecer al sector privado, al sector productivo. Un sector privado fuerte tiene la capacidad de generar empleos y es la mejor forma que la gente tiene para salir de la pobreza y crecer económicamente.
¿Entonces qué pasó?
-Dos partidos equivocadamente dejaron ese discurso en manos de unos que se aprovecharon de esta circunstancia. El tema ahí no es tanto el riesgo de compromiso social de esos sectores, sino qué tan sincero es el compromiso democrático, porque la verdad es que en todos los países donde han llegado muchos de estos actores lo han hecho sin tener un compromiso democrático. Han llegado al gobierno y rápidamente se han acostumbrado tanto al poder que no han querido soltarlo.
En relación con los factores que socavan la democracia, ¿qué peso tiene también el crimen organizado?
-Lo tiene, no solo la incursión del crimen organizado, sino también el narcotráfico. Es otro factor de riesgo para la democracia. Por ejemplo, me da mucho temor que en estos procesos municipales en algunas zonas de este país haya grupos narcos con la intención de financiar campañas. Los controles que tiene el Tribunal Supremo Elecciones sobre el financiamiento de las campañas en procesos municipales son muy bajos.
Para que el lector entienda, ¿qué consecuencias pueden traer todos estos riesgos a nuestro país?
-Lo dice la encuesta del CIEP, publicada recientemente. El modelo democrático ha ido perdiendo popularidad en el país y adicionalmente otro factor, el recurrir a las vías de la violencia, es algo cada vez más aceptado en algunos grupos sociales, lo vimos en algunos procesos de huelga. Hay adicionalmente hoy en día una enorme facilidad de manipular vía redes sociales y desinformar a grandes sectores de la población. Ese es otro factor de riesgo, las fake news.
¿Cuál es su idea y qué se quiere hacer a través del partido?
-Queremos tratar de retomar el estilo costarricense, que siempre fue reacio a los extremos, que siempre fue más sabio. Por qué nos vamos a pelear porque una persona sea creyente o no creyente, por qué nos vamos a pelear porque una persona tenga una preferencia sexual, por qué nos vamos a pelear entre los públicos y los privados. El tema es cómo logramos armonizar eso. Queremos consolidar una opción de centro democrática, responsable y seria, comprometida contra la corrupción, porque uno de los factores que más afectan la credibilidad de los partidos es el compromiso contra la corrupción, si este es real o es de los dientes para afuera.
¿Cómo volver a encauzar un electorado hacia un centro democrático con lo que hemos visto en las últimas campañas?
-Necesitamos campañas menos pasionales. necesitamos decisiones en el electorado menos pasionales. Buena parte del problema que hemos tenido es que las decisiones han sido muy pasionales y cuando usted toma decisiones pasionales es poco reflexivo. Mario Vargas Llosa dice que uno de los problemas de la sociedad actual es que la gente dejó de profundizar. Para resumirlo: la gente solamente ve apariencias, entonces solo ve el titular, solo ve la imagen. En el mundo de las apariencias un cantante tiene más chance que un intelectual y eso no es lo más conveniente para los países. Las naciones necesitan que la gente tenga más criterio a la hora de evaluar a los candidatos y menos pasión por la apariencia.
¿Eso va ligado a la educación?
-La calidad de la educación se nos ha debilitado enormemente. No lo digo yo, lo dice el Informe Estado de la Educación. Eso en forma paralela al abandono también de los valores. Muchos maestros nos dicen: “Nos quitaron toda la autoridad”. No pueden llamarle la atención a un alumno porque les caen con un montón de recursos. Obviamente no estoy abogando por el reglazo que se daba en otras épocas, pero el sentido del respeto y de la responsabilidad se ha perdido, mientras hemos ido favoreciendo un ambiente de anarquía. Se ha dejado de estimular el esfuerzo y en muchas oportunidades el Estado ha estimulado la vagancia.
¿Qué nos cuenta sobre su agrupación política?
-Somos un partido a escala nacional. Nacimos como un partido provincial el 12 de octubre de 2012 y hace dos años nos convertimos en un partido nacional. Fuimos los primeros en la Asamblea en denunciar el Cementazo y fuimos los primeros en denunciar ante el Ministerio Público a Mario Barrenechea y la junta directiva del BCR. Tampoco estuvimos con el tema de Juan Carlos Bolaños con lo del dique de Nosara, que se hizo con cemento chino. Nos echamos esas broncas cuando nadie decía nada. Ganamos 156 recursos de amparo y seguimos trabajando en recursos de amparo para defender a la gente, a personas que les mandan una operación para dentro de tres años, a los indígenas, a quienes les conseguimos ¢1.500 millones para la mejora de caminos en Turrialba. Vamos a seguir trabajando.
Cambiando de tema, ¿qué viene nuevo para Mario Redondo?
-Voy a pelear la alcaldía de Cartago.
¿Cuáles serán sus principales proyectos en esa nueva lucha?
-Empezar a pelear por verdaderas obras de infraestructura para Cartago y desentrabar todo lo que esté relacionado con esta materia.
Para que la gente lo conozca más, ¿qué nos cuenta de usted?
-Soy abogado y notario público. Soy de Cartago, estoy casado, tengo tres hijos: uno de 28 años, una de 19 años y uno de 11 años. En el ámbito laboral primero fui regidor municipal en dos periodos, también fui 12 años jefe de asesores en la Asamblea Legislativa. Fui diputado en 2002 y 2006, presidente de la Asamblea Legislativa en el periodo 2003-2004 y nuevamente diputado en 2014-2018. También fui candidato a la Presidencia.
EXTRADIRECTO
•Democracia: En riesgo
•Reforma del Estado: Urgente
•Partidos políticos: Debilitados
•Políticas públicas: Débiles
•Indignación popular: Preocupante
•Alianza Democrática Costarricense: En crecimiento
PERIODISTA: Marco Antonio González
CRÉDITOS: Foto: Johanfred Bonilla
EMAIL: [email protected]
Lunes 30 Septiembre, 2019
HORA: 12:00 AM
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