El hasta ayer presidente de la República, Luis Guillermo Solís, dejó su cargo ovacionado por centenares de costarricenses.
Quien ejerció la presidencia de la nación entre 2014 y 2018 fue recibido y despedido de la ceremonia de traspaso de poderes entre aplausos y gritos de apoyo.
A pesar de que dejó el cargo en medio de críticas por el tema del Cementazo y deudas por proyectos inconclusos, las personas que asistieron este martes a la Plaza de la Democracia lo despidieron con una ovación.
Acompañado de sus hijos y su compañera Mercedes Peñas, Solís con una sonrisa agradeció las muestras de cariño. Con un “¡Muchas gracias!” terminó de saludar a la gente antes de entrar en el recinto.
Tras la sesión solemne y sin la banda presidencial, se despidió de muchos costarricenses que se le acercaron. En esa ocasión estuvo a punto de llorar, pero logró contenerse, al menos cuando aún estaba ante los ojos del público.
Visiblemente emocionado, el historiador abrazó a decenas de ciudadanos, se tomó “selfies”, al igual que hace cuatro años, en el Estadio Nacional y se marchó con su gabinete.
“Me voy agradecido, con sensaciones del deber cumplido. Ha sido para mí un honor servir a mi país como su presidente”, dijo con voz entrecortada mientras repartía besos y abrazos a sus seguidores, sobre todo de mayor edad, quienes se quedaron para verlo.
Antes de dejar el poder, el expresidente adelantó que no volvería a postularse para ocupar el cargo nuevamente.
El 24 de mayo será intervenido quirúrgicamente en el Hospital Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia, donde se someterá a un reemplazo de cadera, operación que según dijo semanas atrás venía posponiendo desde hace dos años.
PERIODISTA: Carlos Mora
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Miércoles 09 Mayo, 2018
HORA: 12:00 AM