Las inundaciones en la nueva carretera Chilamate-Vuelta de Kooper en apariencia las causó la obstrucción de un canal cercano a la obra, según informó el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT).
Dicho canal fue construido en terrenos de la finca piñera La Lydia, lo cual junto con las fuertes lluvias que cayeron en la zona la semana pasada se consideran las principales causas de la emergencia.
Germán Valverde, jerarca del MOPT, precisó que las valoraciones realizadas hasta el momento evidencian que dicha obstrucción fue el motivo de que tan vergonzoso hecho se presentara 24 horas después de la inauguración.
En apariencia el sistema diseñado no contemplaba las aguas pluviales provenientes de los sembradíos aledaños, haciendo que se acumularan en este punto de la carretera.
“El sistema de alcantarillas no fue diseñado para canalizar un cauce tan alto como el que se dio de las aguas provenientes de la finca piñera, que se sumó a la generada por los fuertes aguaceros”, explicó.
Al mismo tiempo dijo que investigarán todos los escenarios posibles para ver si la hipótesis que manejan es la correcta o si bien en realidad hubo un fallo en los diseños.
“No estamos descartando otros factores asociados al diseño o la construcción, para ello continúa la valoración de cuencas y de información recopilada por la Unidad Ejecutora, las empresas constructora y supervisora”, declaró.
“También se realizarán consultas al Servicio Nacional de Aguas Subterráneas, Riego y Avenamiento (Senara) y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) para verificar que los manejos de aguas en la finca cuenten con las autorizaciones respectivas”, agregó.
DRENAJE Adecuado
A la vez el Ministro aseguró que el sistema construido es el adecuado para las condiciones del tiempo que predominan en las cercanías del lugar, pues el alcantarillado tiene capacidad para canalizar 1,2 metros cúbicos por segundo.
Durante el fin de semana el propietario de la finca La Lydia autorizó que un ingeniero de la Unidad Ejecutora ingresara a esa propiedad, constatando la construcción del canal de 1,5 metros de profundidad para el desvío de las aguas. Este experimentó un taponamiento, lo que conllevó a que las aguas se rebalsaran y se desviaran hacia la carretera, por lo que los propietarios de la finca hicieron una serie de obras correctivas, orientadas a canalizar adecuadamente las aguas y prevenir nuevos desbordamientos que impacten la vía.
Para prevenir que situaciones de este tipo pongan en riesgo a los usuarios de esa carretera, se coordinó que las empresas constructora, supervisora y Unidad Ejecutora, además de la Policía de Tránsito, puedan definir la realización de desvíos.
