El sindicalismo
José Joaquín Meléndez G.
El sindicalismo debe participar en el desarrollo económico, social y político de la nación, forjado en la paz y la democracia para alcanzar sus metas de justicia y libertad, con el más profundo respeto a la dignidad humana y en armonía con la naturaleza.
La solidaridad es la fuente inagotable para alcanzar la unidad en el plano nacional y partícipe del internacionalismo de los trabajadores, que se fortalecerá con la formación, la organización y la reivindicación económica, social y profesional con su derecho laboral; así superará las tendencias hegemónicas, sectarias, autocráticas y será fuerza contra las tiranías, el despotismo y gobiernos de facto.
Sin embargo, las tendencias del sindicalismo pasan por el proceso lento y tortuoso de unificación en el orbe de los trabajadores. En Europa, con la Confederación Sindical Internacional, CSI, que unificara la Confederación Mundial de Trabajadores, CMT y la Confederación Internacional del Sindicalismo Libre, CIOSL. Esta unificación aglutina a las centrales sindicales más grandes de Asia, Oceanía, África, Europa y América, cuyos resultados son notorios con sus aportes y representación en la OIT, la OCDE, la ONU y el FMI. Hoy emprende una lucha mundial por el trabajo decente.
América es suma de ese proceso unionista. En Panamá, el 8 de marzo de 2008, se llegó al acuerdo de unificar dos grandes centrales continentales: la Confederación Latinoamericana de Trabajadores, CLAT, y la Organización Regional Interamericana de Trabajadores ORIT. Esa nueva unidad se denomina Confederación Sindical de las Américas, CSA, que agrupa a las centrales sindicales más grandes de Canadá, los EE.UU., México, Centroamérica y el Caribe, Venezuela, Colombia, Ecuador, Brasil, Argentina, Chile…, que plantea hoy día la Plataforma Latinoamericana de Desarrollo, PLADE, en el orden social, político, económico y cultural al mundo del trabajo y respuesta al liberalismo mercantil y financiero, que todo engulle.
Quizá, el reto y desafío mayor para el sindicalismo estriba en el totalitarismo del Estado imperial, las monarquías, las oligarquías y burguesías egoístas y su avaricia aterradora que atentan contra la paz y la armonía con la naturaleza.
PERIODISTA: Redacción Diario Extra
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Lunes 03 Octubre, 2016
HORA: 12:00 AM
CRÉDITOS: José Joaquín Meléndez G.