Una oficial del Servicio Nacional de Guardacostas forma parte del Equipo Táctico de Reacción (ETRA) como francotiradora, por lo que lucha contra el narcotráfico y la pesca ilegal tanto en altamar como en tierra, donde también hace trabajos de inteligencia.
Por seguridad no revelaremos de quién se trata, pero cabe señalar que esta valiente policía se ha capacitado a nivel internacional para estar a punto por si en algún momento se requiere poner en práctica sus conocimientos.
DIARIO EXTRA acompañó a la experta en disparo de precisión a una selva del Pacífico donde mostró sus habilidades.
Nos adentramos a la montaña entre maleza, barro y algunos animales como culebras y tigrillos. En ese escenario dio en el blanco, a un kilómetro de distancia, con su arma de fuego.
“Mi trabajo es detonar para que el tiro sea certero y que pueda ayudarle a mi compañero observador a medir la distancia, la temperatura, el viento para que a la hora de efectuar el único tiro sea efectivo en el blanco establecido.
En la montaña me enfrento con animales, alergias, golpes, resistencia en la respiración que es muy importante, el pulso debe estar tranquilo y el brazo, debo mantener una posición específica durante horas. No importa dónde esté, la idea es no ser detectada”, detalló.
Esta francotiradora agregó que durante un mes de 7:00 p.m. a 2:00 a.m. tejió su uniforme de camuflaje como parte de un curso que también consistía en buscar todos los implementos necesarios.
“Conseguí un traje de fatiga, artefactos de pesca, un saco de cabuya que pinté un poco para diseñarme la chamarra, el pantalón y el gorro que me tapa la cara para que no me distingan entre el monte.
Jamás imagine que un tiro pueda viajar un kilómetro de distancia siendo efectivo, dentro de la mira para ser certero, parte de la función que conlleva ser francotirador es aguantar las ganas de hacer cualquier necesidad fisiológica”, comentó.
NADA LA DISTRAE
La oficial de Guardacostas también explicó que para dar en el blanco se debe dejar de lado el calor, la lluvia y el peso del fusil de guerra Sig Sauer 716 que ronda los cuatro kilos con la mira y el cargador, al cual le entran 20 municiones, más el traje.
“El francotirador hace su tiro acostado, el arma trae su apoyo, tiene más estabilidad debido a un trípode. Siempre estamos en una sola posición. El disparo influye si disparo muy temprano a mediodía.
Existen diferentes tipos de traje: para vegetación seca, verde, para invierno. La idea es distorsionarse en el ambiente que lo rodea, cuando nos deslizamos por tierra, con ramas encima, no baja de dos kilos (el traje)”, acotó.
Muy sinceramente cuenta que abrirse campo entre tantos hombres resulta complicado, pero reconoce que con esfuerzo se puede.
“En Guardacostas el personal es muy capacitado, los hombres son muy buenos en sus diferentes áreas y el hecho que me den la oportunidad la valoro y aprovecho. Es bonito destacarse y abrir espacio para que vean que la mujer está en la misma capacidad del compañero.
En uno de los cursos me di cuenta que era buena en armas, me sacaba nota perfecta y un compañero me recomendó para francotiradora y lo ratifiqué. Ahora mantengo un entrenamiento estricto a pesar de que no en cualquier lado se puede disparar. Mi arma se chinea para que esté ajustada a mi ojo y poder desempeñarme de la mejor manera”, recalcó.
DONDE PONE LA MIRADA PONE LA BALA
Esta oficial de 28 años y con 5 años de servicio en Guardacostas está lista para intervenir en cualquier situación que le ordenen. Con un solo disparo evitaría que una lancha rápida narco se diera a la fuga.
La capacitación de esta policía, que no es nativa de la costa, y del resto de oficiales guardavidas empieza en la Academia Nacional de Guardacostas en Quepos y en este caso específico tardaron cuatro meses en aprender con los oficiales de la Infantería de Mariana de la Armada de Colombia.
PERIODISTA: Manuel Estrada
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Martes 15 de Agosto, 2023
HORA: 12:00 AM
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