El Banco Central de Costa Rica (BCCR) publicó, dos nuevas cuentas ambientales, con lo cual amplía el inventario de estadísticas del país.
Se trata de las cuentas Flujo de Materiales para los años 2014-2019, y Gasto en Protección Ambiental del sector privado para los años 2018-2020.
Ambos ejercicios se desarrollaron dentro de un marco estadístico compatible con los conceptos, principios y clasificaciones de las cuentas nacionales, lo cual permite, por una parte, analizar la interacción entre los recursos naturales físicos y la actividad económica, y por otra cuantificar el costo en que incurre el sector privado en la protección ambiental.
La Cuenta de Flujo de Materiales (CFM) mide la relación física (en toneladas) entre la economía y el ambiente mediante una descripción general agregada de las entradas y salidas de materiales en la economía. El tipo de productos contemplados en esta cuenta abarca la biomasa (cultivos, residuos de cultivos, madera, entre otros), minerales metálicos y no metálicos (oro, plata, mármol, granito, etc.), recursos energéticos fósiles (carbón, petróleo y sus derivados) y otros productos.
Para el periodo en estudio, los materiales de biomasa lideran los flujos exportados. En el 2019, esta categoría representó el 81% del total exportado; los cultivos procesados y crudos muestran la mayor participación. Estos materiales presentan un comportamiento contrario al de la balanza física comercial para todo el periodo, ya que es la única categoría en la que, de manera constante, se observan mayores exportaciones que importaciones.
Dentro de los resultados más destacables se muestra que Costa Rica no es una economía extractiva de metales. A pesar de que existe explotación de minerales metálicos, comparativamente, el volumen es muy inferior a la extracción de minerales no metálicos, pues los metales representan el 0,04%, mientras que los no metálicos el 57% de la extracción nacional. Los materiales de biomasa representan el restante el 43%.
El país se presenta como importador neto de materiales. Para el 2019, las importaciones sobrepasaron las exportaciones en un 24%. Dentro de los principales materiales importados destacan biomasa (principalmente cultivos de cereales) y recursos energéticos fósiles (petróleo y sus derivados).
Durante el periodo 2014-2019, el indicador de insumo directo de materiales (IDM) para Costa Rica, que representa todos los materiales disponibles para la producción de la economía nacional, muestra una tendencia creciente hasta el 2018, liderada principalmente por flujos de insumo de minerales no metálicos y biomasa. Para el 2019 hay un decrecimiento general en el indicador, solamente los recursos energéticos fósiles y los residuos para tratamiento aumentaron
En ese mismo periodo, Costa Rica mantuvo un nivel de consumo nacional de materiales (CNM) por encima de 45 millones de toneladas, que se explica principalmente por el consumo de materiales de las categorías de minerales no metálicos y de biomasa. En términos per cápita, el país registra un consumo de materiales menor que el promedio de países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), de 9,72 toneladas per cápita que se compara con 14,60 toneladas per cápita, respectivamente, durante el año 2017.
La productividad de los recursos es otro de los indicadores derivados del análisis de la Cuenta de Flujo de Materiales. Se define como el producto interno bruto (PIB) a precios de mercado dividido entre el consumo nacional de materiales (CNM). Este indicador busca mostrar desacoples entre producción económica y consumo de materiales, se dice que el desacople es absoluto cuando la variable ambiental no crece, en el tanto la variable económica aumenta.
En el 2019 se presenta un desacople absoluto, es decir, el PIB creció a una tasa de 4,48%, mientras que el CNM decreció en 1,45%, lo que da como resultado un aumento de la productividad de los recursos del 6,02%.
PERIODISTA: María Siu Lanzas
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Martes 23 Agosto, 2022
HORA: 03:27 PM
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