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Opinión

Una lucha que parece no tener fin

EDITORIAL

Cuando uno asume un trabajo, sabe a qué riesgos se expone, sin embargo, también existen imprevistos que nadie alerta ni sospecha, los cuales generalmente resultan de los peores, pues de esos nadie quiere hacerse responsable. Lo anterior describe muchos casos que ocurren en el país por los que nadie llega a dar la cara. 

Precisamente, muchos hemos escuchado el incidente del Nemagón. Su poca honrosa fama se debe a que un grupo de personas afectadas lleva décadas dando una lucha que pareciera no tener fin, e incluso debe tomarse en cuenta la pena de que muchos de estos hombres y mujeres afectados ya fallecieron, mientras aguardaban justicia.

Esta prolongada espera ha hecho que muchos pierdan la paciencia y amenacen con cerrar la Interamericana Sur, cansados de promesas incumplidas y al resentir la inacción de las autoridades.

Durante mucho tiempo, se mantuvieron pacientes, esperando a que aprobaran la iniciativa de ley 20.400, sin embargo, también podemos decirles con conocimiento de causa que los legisladores les han ido pateando la bola a los afectados sin que les llegue ni media solución. 

Este proyecto reviste gran importancia porque indemnizaría a las víctimas de los efectos secundarios ocasionados por la aplicación del plaguicida en las plantaciones bananeras ubicadas en la Zona Sur.

Se trata de un grupo de empleados de las fincas bananeras que en las décadas de los 70 y 80 estuvieron expuestos a un agroquímico llamado Nemagón, el cual tiene entre sus principales efectos negativos ser agente cancerígeno, provocar esterilidad y problemas renales, aparte de generar malformaciones fetales. 

Cuando contrataron a los empleados para aplicar el agroquímico, nadie les advirtió de todo lo que podía pasarles, sin embargo, para convencerlos sí les ofrecieron bastante dinero, un hecho que nunca sospechaban les cambiaría la vida y para mal. 

Con un hecho de semejantes repercusiones para su existencia, por el que aún los afectados alzan su voz clamando justicia, nos preguntamos cómo las autoridades pertinentes permitieron el uso de este agroquímico, que por cierto ya había sido declarado prohibido en otros países por los grandes daños que le habían provocado no solo a la población humana, sino que también al medio ambiente, ya que donde era aplicado mataba también animales y contaminaba fuentes de agua.

Lo peor de todo es que, al darse cuenta del gran daño ocasionado, se logró que la Asamblea Legislativa de ese momento prohibiera la aplicación de dicha sustancia; no obstante, como usualmente pasa, muchas de las grandes empresas se hicieron de los oídos sordos y no acogieron la orden, de manera que el Nemagón siguió empleándose inclusive dos años luego de su prohibición, obviándose todos los peligros y riesgos que se desplegarían a futuro.

La lucha de los afectados también la conocen las generaciones más jóvenes porque cada nada los perjudicados se tiran a las calles, visitan la Asamblea Legislativa y hasta la Casa Presidencial para ver si alguien se apiada de ellos y les brinda una solución real, de hecho, la semana pasada visitaron estas instituciones para ver si de una vez por todas les solucionan algo.

A modo de compensación, les dieron una pensión que en la actualidad representa ¢78 mil mensuales, monto muy escaso para la realidad de estas personas y sus pagos de agua, luz, teléfono, alquiler y comida, es decir, con eso no pueden con las cosas básicas. De ese dinero no les sobraría ni para comprarse un par de medias, mucho menos podrían acudir a un médico privado ante una emergencia de salud.

Así las cosas, los sobrevivientes del Nemagón exigen una indemnización al Gobierno, pero que sea real, no las migajas con las cuales han tratado de engañarlos durante años. Que de verdad les den la plata que les corresponde, por la que han luchado durante décadas, pues la negligencia de las compañías para las que laboraron estas personas los llevó a perder su calidad de vida y ahora muchos llevan años padeciendo enfermedades que les han robado el bienestar. 

A los diputados de turno les reclaman que dejen de vacilarlos como lo hicieron sus antecesores, que esta vez sí aprueben el proyecto 20.400, el cual versa sobre el pago de su compensación y que no los anden de un lado para otro prometiéndoles que ahora sí lo van a hacer y luego lo sacan de la corriente legislativa para dejarlo en nada. 

Esperamos que se les haga justicia a todas estas personas que fueron afectadas por el agroquímico en cuestión, pero lo más importante es que se realice pronto para que puedan mejorar su calidad de vida, pues muchos están luchando con insuficiencias renales, cáncer, esterilidad y otros padecimientos debido al letal químico.

Es hora de que las autoridades actúen con la seriedad que les demandan sus respectivas investiduras, ¡que la solución llegue a estas personas luego de una larga lucha de nada más y nada menos que de 48 años! Resulta indignante y vergonzoso que en el camino hayan fallecido muchas de las víctimas.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

EMAIL: [email protected]

Miércoles 29 Mayo, 2019

HORA: 12:00 AM

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