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Opinión

Academia de Centroamérica y Retos Nacionales

Miguel Ángel Rodríguez

Con el atractivo tema DE Cambio Tecnológico: retos y desafíos, se realizó el II Foro de la Academia de Centroamérica de la serie de Retos Nacionales, con la cual se conmemoran los cincuenta años de su fundación. Bajo la Presidencia de Eduardo Lizano, esta celebración -que dedicó su primer foro al cambio demográfico- realizará este año otros tres foros. Este jubileo también contó con una brillante exposición del asociado Claudio González en la Facultad de Ciencias Económicas de la UCR, durante la cual la Escuela de Economía reconoció el meritorio desempeño de los estimados profesionales que han enriquecido nuestros conocimientos, al amparo de esta apreciada institución que creamos hace ya 5 décadas.

El tema no puede ser ni más importante ni más actual. Junto con el cambio radical de la estructura demográfica que vive el mundo y la urgencia de atender el calentamiento global, la 4ª Revolución Industrial es una de las mayores transformaciones que debemos enfrentar en nuestra forma de producir y de consumir.

Este II Foro gozó de la participación de Roberto Sasso, Laura Ripani, José Manuel Salazar, Álvaro Ramírez, Gerardo Corrales y Amparo Pacheco. 

No puedo resumir sus exposiciones, ni podría hacerles justicia, pero sí intento interesar a los lectores con algunos puntos sobresalientes de este tema. Los expositores señalan los más importantes cambios tecnológicos que se están produciendo, sus efectos económicos y sociales, los cambios previsibles en los empleos del futuro, las necesidades de capacitación nueva y continua, los riesgos que se pueden generar en diversos campos de la producción y el bienestar, las posibles transformaciones que se deberán acometer para garantizar la equidad en las nuevas condiciones.

Este acelerado cambio demanda estrategias que permitan a las empresas tener mayor rapidez en adaptarse a los mercados, que promuevan la innovación, que se adapten a cambios disruptivos, más enfocadas en los datos y basadas en digitalización.

Esto es importante, creo yo, porque frente a ese cambio tecnológico estamos obligados a actuar haciendo honor al mejor rasgo de nuestros antepasados: la previsión.

La manera como este acelerado cambio afectará la productividad y la competitividad de nuestra producción dependerá de nuestra capacidad de prepararnos o no para asimilar las ventajas de la nueva realidad tecnológica que aceleradamente se está imponiendo. Si nos preparamos podremos gozar de las ventajas de ese cambio y de la generación de puestos de trabajo que nos permitan mejorar la posición competitiva en el entorno mundial. Al contrario, si no lo hacemos, sufriremos la pérdida de productividad frente a quienes se nos adelanten y puedan sacarnos de los mercados internacionales en los que hoy podemos colocar nuestras exportaciones de bienes y servicios.

No todos los tipos de empleo serán afectados de la misma manera. Algunos tenderán a desaparecer sustituidos por la automatización, la robotización y la inteligencia artificial. Otros, los que requieren mayor trato interpersonal, altas destrezas y ambientes poco estructurados, tendrán mayor demanda. Habrá una mayor proporción de trabajos autónomos y la necesidad de cambiar de profesión será prácticamente la regla.

¿Cómo se financiará la seguridad social si los salarios formales como proporción de los ingresos totales disminuirán? ¿Deberemos migrar hacia un régimen de ingreso básico universal?

Estos son problemas complejos sujetos a una evolución que desconocemos y que requieren enorme esfuerzo, racional y concertado, para enfrentarlos 

Es además una ocasión que -bien aprovechada- nos podría permitir construir un puente entre la economía exportadora moderna -que nos ha permitido generar puestos de trabajo mejor remunerados para quienes reúnen las habilidades requeridas- y la economía tradicional, que genera -en mayor proporción- oportunidades laborales para las personas con menores calificaciones.

No podemos escondernos ante estos cambios. Previsoramente debemos prepararnos para desarrollar las habilidades que nos permitan enfrentarlos con éxito y apoyar las transiciones que traerá la destrucción creativa de los viejos paradigmas, y nos obliga a aprovechar los nuevos. Pero ello incluso nos forzará a repensar como promover la equidad y cual deberá ser la estructura de nuestro sistema de seguridad social. 

Estoy seguro que la Academia de Centroamérica, así como en el pasado fue a la par de ANFE fuente de análisis y de impulso para los cambios estructurales de los ochenta, será cuna de aportes de investigadores estudiosos que nos ayudarán a enfrentar los nuevos retos.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

EMAIL: [email protected]

Lunes 20 Mayo, 2019

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Miguel Ángel Rodríguez

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