Además de sus funciones en la misión diplomática de Costa Rica en Brasil, el presidente Carlos Alvarado le asignó como tarea al nuevo embajador Norman Lizano aprender a hablar portugués y que mientras tanto se la juegue con el “portuñol”.
Tal como publicó DIARIO EXTRA en su edición del lunes 1 de abril, en los atestados de Lizano se comprueba que el funcionario no domina el idioma oficial del país al que lo designaron.
Lizano, quien hasta finales de enero se desempeñó como presidente de la Asociación Costarricense de Diplomáticos de Carrera (ACDC), es abogado y notario de profesión. tiene conocimientos en inglés, italiano y francés de forma fluida, por lo que su perfil hubiese encajado más en otra embajada.
El funcionario, quien ingresó a la Casa Amarilla el 15 de febrero de 2001, llegaría a la misión brasileña después de supuestamente fracasar los intentos de enviarlo a Australia, Países Bajos e Israel.
“Como hay misiones como China, Japón y Corea, donde el tema de idiomas es difícil per se, incluso para esas no es requisito hablar ese idioma. En el caso de don Norman si bien no habla fluidamente aún el portugués, entre sus tareas será ir a fortalecer esa destreza. Él tiene todo lo necesario para ejercer como embajador”, defendió Alvarado.
Agregó: “Don Norman sirvió en Holanda. Si tuviésemos que partir de hablar holandés para ir a Holanda estaría bien complicado. Ahora me van a decir: ‘Bueno, es que ahí todo el mundo habla inglés’… Bueno, pero es que en el mundo diplomático de Brasil la mayoría de gente también habla inglés, o como pasa muchas veces, el español y el portugués se vuelven muy transparentes cuando se vuelven ‘portuñol’”.
Esa misma lógica empleó el canciller Manuel Ventura, quien indicó a El Diario del Pueblo que “en Brasil lo que se habla es portuñol”.
“(Por ejemplo) En Brasilia y en Itamaraty (palacio que aloja la sede el Ministerio de Relaciones Exteriores brasileño) perfectamente se entiende el español con toda la gente ahí y tengo la seguridad de que (don Norman) va a aprender muy rápido”, expresó Ventura.
Lizano acompañará en esa sede diplomática al ministro consejero y cónsul general Christopher Sánchez Morales.
Alvarado también acuerpó el nombramiento de Adriana Murillo como embajadora de Costa Rica en Chile.
Al presidente se le cuestiona por nombrar a Murillo, una de las exdirectoras ilegales de la Cancillería, a cuyo puesto se vio obligada a renunciar luego de que la Procuraduría General de la República resolviera que violaba el Estatuto del Servicio Exterior; es decir, en detrimento de sus propios compañeros diplomáticos de carrera.
El caso de Murillo les costó el puesto a los demás directores y a la propia excanciller Epsy Campbell. En aquellos meses, pese a la ola de cuestionamientos, incluso después de lo dispuesto por el órgano procurador, el mandatario siempre defendió a la exdirectora, quien, dicho sea de paso, habría colaborado activamente en la campaña electoral de Alvarado.
La recién designada embajadora de Costa Rica en Chile y su compañera Carolina Fernández habrían desarrollado el capítulo sobre política exterior del plan presidencial.
“Doña Adriana es una persona calificada, es más, muy calificada, tanto así que goza de mi confianza por sus propios méritos”, dijo Alvarado.
PERIODISTA: Marco Antonio González
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Lunes 08 Abril, 2019
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