Cuatro personas fallecidas dejó como saldo una balacera provocada por un grupo armado que llegó en taxi hasta una vivienda ubicada en Pueblo Real de Paquita, Quepos, donde había menores de edad.
La lluvia de bala impactó mortalmente a Nills Delgado Obando de 12 años, su hermano Kenneth Flores Obando de 26, Rubén Arauz López de 17 y Luis Valverde Azofeifa de 30, quienes recibieron múltiples heridas en diferentes partes del cuerpo por una escopeta y un arma calibre 9 mm.
Fuentes confidenciales mencionaron a DIARIO EXTRA que el hombre que conducía un vehículo liviano oscuro es taxista pirata de la zona, quien habría recibido ȼ2 millones en efectivo por el viaje ida y vuelta.
Al parecer el sujeto está identificado, sin embargo, las autoridades aún no lo detienen mientras las pesquisas continúan para esclarecer quiénes eran las dos personas que viajaban con él, las cuales se bajaron y accionaron sus armas. No se descarta que el pirata sea un exrecluso.
Trascendió que hace un mes Kenneth fue baleado y amenazado de muerte por un vendedor de drogas de la zona afuera de una reconocida discoteca de Quepos, por lo que se presume se debió por territorio.
Walter Espinoza, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), manifestó que una de las víctimas quedó muy cerca de las otras.
"Tres de los cuerpos quedaron en la cochera y otro a 150 metros de la casa, se logró establecer que fueron dos armas utilizadas, se encontró picadura de marihuana. Flores tiene antecedentes delictivos por violencia doméstica, receptáculos y daños, mientras que Valverde contaba con expediente por tentativa de homicidios, tráfico de drogas y robos", detalló.
La policía no descarta que detrás de la masacre esté un hombre conocido como “Gelatina”, quien supuestamente es reconocido vendedor de drogas de Quepos y quien mantenía diferencias con el fallecido Kenneth, pero esta versión la están analizando las autoridades.
SILENCIO Y ORACIÓN
En la Escuela Paquita donde Nills cursaba el sexto grado se hizo un minuto de silencio y luego oraron por la memoria de uno de sus estudiantes, que falleció en la masacre.
Karla Azofeifa, maestra de Religión de ese centro, lamentó lo sucedido con personas inocentes que estaban en el lugar menos indicado.
"Estamos viviendo con el dolor, traemos memoria y recuerdos de lo que fue nuestro estudiante, encendimos una vela en señal de esperanza y vida. Hicimos silencio y una oración para pedirle por el cambio que debe hacer la sociedad, estamos con mucha violencia y no tenemos presente a Dios", explicó.
Azofeifa agregó que el 21 de noviembre es la cena de graduación, el occiso estaba muy feliz porque iba a participar con sus compañeros, sin embargo el hecho de sangre empañó a la comunidad estudiantil que debe seguir adelante forjando valores.
DROGAS LOS PERSIGUEN
Según la policía, la masacre sería ordenada por un sujeto quien al parecer tiene acaparado el mercado en el Pacífico y otro grupo se le estaría metiendo en algunas plazas, donde los clientes son turistas extranjeros.
Fuentes mencionaron que los miembros de la familia estaban en diferentes aposentos de la casa, cuando llegó el comando armado dos de ellos se bajaron del auto y abrieron fuego, mientras uno de los pistoleros llegó hasta la puerta.
Las tres víctimas que estaban jugando en la cochera fueron ultimadas y la cuarta salió corriendo, sin embargo las balas la alcanzaron 150 metros después. Lo acabaron por la espalda y dejaron tirado a un lado de la carretera de piedra.
Sin tiempo que perder y con la encomienda concretada los pistoleros salieron huyendo y cogieron hacia Quepos, donde permanecen escondidos, mientras las hermanas de dos de las víctimas intentaban, en medio del llanto, revivir a sus seres queridos, pero el plomo los había intoxicado.
Minutos después oficiales de la Fuerza Pública llegaron hasta la vivienda, custodiaron la escena y montaron un operativo por el Pacífico para dar con los asesinos, sin que hasta ahora logren dar con ellos.
Los cuerpos de las cuatro víctimas fueron levantados horas después del crimen por los agentes del OIJ, quienes decomisaron evidencia importante que llevaría a esclarecer los hechos.
Historias
Marielos Obando Villalobos, madre de dos fallecidos:
"A mi hijo lo habían amenazado y baleado"
"Estaba en el cuarto cuando las ventanas explotaron, salgo, llego a la puerta y un mae me manda un plomazo, me devolví al cuarto y me escondí en el baño, estaba temblando, pensé que me iban a matar. Escuché a uno de los sujetos decir ‘¡vámonos vámonos!’ y dejaron un reloj tirado al pie de la refrigeradora. Mis hijos quedaron desbaratados, hace un mes nos balearon", recordó. Aún con sangre en la cochera, doña Marielos limpió junto a sus otros allegados y con sus dedos cogió un poco de la derramada por sus hijos; se hizo una señal en la frente, mientras narraba lo vivido.
"Es injusto cómo me les hicieron esto a mis hijos, estábamos en la casa tranquilos cuando pensamos que lo que sonaba eran bombetas, fue todo rápido, los dejaron tirados muertos envueltos en sangre. No pudimos sobrevivirlos, casi entran a mi casa, pero dispararon desde afuera, eran varios en un carro, no sé qué pasó, mis hijos no merecían morir de esa manera", enfatizó. Según las autoridades, los cuatro cuerpos presentaban los impactos en la espalda, extremidades, cabeza y piernas con dos tipos de balas, escopeta y 9 mm, donde se recolectaron algunos casquillos para los respectivos análisis. Trascendió que los disparos fueron a corta distancia y no medió palabra alguna, por lo que se presume que los sicarios no querían dejar evidencia.
Rosa López, madre de Rubén:
“Estaba en el momento menos indicado”
Esta afligida mamá revivió minutos antes lo acontecido con su hijo, quien murió acribillado por unos sujetos que se bajaron de un carro y sin remordimiento abrieron fuego. "Estaba en el momento menos propicio, el chiquito Nills lo llamó para que fueran a jugar, eran muy amigos, de pronto se escuchó como bombetas, minutos después nos llamaron de Quepos que los habían matado. Estaban tirados, llegó el carro y la señora de la casa salió y desde un carro negro le mandaron a ella, por lo que tuvo que esconderse en el baño, tenemos dos años de vivir en el barrio", recordó.
López agregó que minutos antes había comido con ella. "Cenamos en familia y se fue donde el vecino donde era frecuente que estuviera ahí, luego de que le ayudara al papá en turismo, era el menor de tres hermanos y apenas el año pasado había terminado la escuela. El hermano estaba viendo televisión cuando escuchó la balacera y salió corriendo donde duerme, no lo vio donde el vecino, ahí estaba tirado sin vida y en medio de un charco de sangre, así lo quiso Dios", enfatizó.
PERIODISTA:
CRÉDITOS: Fotos: Cristian Cartín y Alexander Pérez, corresponsal
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Martes 08 Noviembre, 2016
HORA: 12:00 AM
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