“Le digo: Melvin, por amor de Dios, el nivel de trabajo que has hecho, los éxitos que has cosechado dan en este momento para salir con la frente en alto”, esas son las palabras con las que el diputado de gobierno Víctor Morales Zapata ha recomendado a su amigo -como él mismo resalta-, el ministro de la Presidencia Melvin Jiménez, que renuncie a su puesto.
Ayer, en medio de los rumores y presiones por la salida del Ministro, Morales, el legislador más cercano al presidente Luis Guillermo Solís, se destapó y abiertamente dijo a la prensa que el espacio de Jiménez como jerarca se terminó.
“Sacar a Bryan Ruiz y meter en la Selección Nacional a Saborío no quiere decir que vaya a haber un sismo, es que simplemente se valoran los momentos del partido, se saca un crack, para meter a otro crack, y al otro se le pone a jugar en otro rol”, intentó ejemplificar la salida de Jiménez.
LA CABEZA DE MELVIN
La salida de Jiménez ha sido apetecida por meses por parte de congresistas y sectores, que han alzado la voz para pedirles al mandatario y al propio Ministro su renuncia.
Pero el jefe de Estado ha sido enfático en respaldar su permanencia; a Jiménez le achacan su constante ausencia como enlace entre poderes Legislativo y Ejecutivo; sus contradicciones como vocero de Gobierno; estar en medio de las mayores polémicas de la administración, como fue la salida del ex viceministro Daniel Soley por el presunto ofrecimiento de una embajada; y al parecer la misma oferta tras la salida del ex viceministro de Telecomunicaciones Allan Ruiz.
La última carta que se jugaron los padres de la Patria fue tramitar una moción de censura, la máxima señal política de que su permanencia es inaceptable.
Pese a todo ese panorama, Jiménez seguía anclado al puesto, pero en los últimos días la firmeza empezó a disminuir.
Primero, con declaraciones del mandatario, quien señaló que ningún ministro estaba exento del análisis a su permanencia de cara a la rendición de cuentas del 1 de mayo. Luego el Ministro aseguró que su renuncia estaba presentada ante Solís y quedaba en sus manos hacerla efectiva, y como si fuera una estrategia para tejer su salida, Morales se abrió con estas declaraciones:
“El Presidente requiere identificar dónde están los talentos de cada persona y su equipo, poder reubicar los roles; es ahí donde digo que a partir de este momento podría -en el perfil del Ministerio de la Presidencia- requerir otro rol y Melvin Jiménez perfectamente cumplir otro que no sea dicha cartera”, insistió.
LA GUILLOTINA SIN MINISTERIO
Zapata, mientras quiso insistir en que tan sólo era una sugerencia a su amigo y la decisión del cambio es sólo del Presidente y de Melvin, fue más allá e indicó en qué nuevo puesto ve al jerarca.
“Lo veo abonándole a un factor fundamental que se requiere para ser obra en este país y es a la concertación social, de la cual viene Melvin Jiménez”, indicó el parlamentario.
DIARIO EXTRA interpeló al diputado, pues justamente esa función de concertación es la que le corresponde desde la cartera, a lo que respondió: “El Ministerio de la Presidencia genera limitaciones y será más productivo sin la camisa de fuerza que lleva la función pública”.
Pero, ¿se irá Melvin? El Gobierno evitó referirse a las declaraciones de Zapata y a través de su oficina de prensa señaló que lo expuesto por cualquier persona no oficial no representa la opinión del Presidente Solís, hasta que él oficialice los cambios que anunció.
