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Opinión

La difícil convivencia

Opinión

He aquí a continuación la lista, no completa, de modos de ser que inciden negativamente en la convivencia humana.

Primero, los que andan metidos en la batalla de las imágenes. Esas imágenes son la social y la interior: la que los demás tienen de mí y la que yo me tengo de mí mismo. Y resulta que sufro cuando “siento” que no me aprecian (imagen social) como merezco (imagen propia); me preocupo porque mi imagen social está perdiendo brillo en comparación del que tiene para mí.

Los agresivos ocupan el segundo puesto en la lista. “En la sociedad humana”, escribe el P. Larrañaga, “existe una cantidad ingente de violencia compensadora. Los sujetos irrealizados son frustrados. Los frustrados son negativos; y los negativos ‘necesitan’ destruir, porque ellos sólo se sienten realizados destruyendo en los demás aquello que ellos no fueron capaces de construir. En realidad, los golpes no recaen normalmente sobre la persona sino sobre su ‘imagen’, cosa que los agresivos no aciertan a distinguir. De cualquier modo, nada tan temible como los frustrados: todo lo critican, todo lo agreden, todo lo destruyen…porque no pueden soportar que los demás triunfen mientras ellos se ven arruinados”.

Siguen los acomplejados. También esta gente es de temer por su agresividad. Se sienten fracasados, y aparecen como humildes y buenos: pero, molestos como están por dentro, no dejan de molestar, y mucho, a los demás. La “necesidad” de compensación que viven les lleva a provocar disturbios y a quejarse, simplemente por llamar la atención y así sentirse satisfechos. Los acomplejados -que no hay que confundir con los tímidos- son con frecuencia malpensados, padecen de manías persecutorias, obsesiones y extrañas tristezas. Y, sobre todo, son envidiosos. Se comprende, porque es en el fondo una reacción agresiva cuando el acomplejado compara su imagen, tan ruin, con la de los otros, tan sobresaliente. Con la envidia, sobreviene la depresión y la melancolía.

Están, después, las víctimas de lo que llaman “transferencias”. Quienes las padecen se comportan así: transfieren (normalmente sin darse cuenta) el recuerdo-imagen de una persona, ausente en el espacio o en el tiempo, a otra persona presente. Es decir, que un conflicto habido ya hace tiempo con una persona, se transfiere ahora a otra, que nada tiene que ver con la anterior, y contra la cual surgen instintivamente aversiones, bloqueos emocionales, discordias, etc. Y hay, desde luego, antipatías conscientes que se manifiestan en agresividad verbal, críticas negativas, hostilidad, serruchadas de piso, medias verdades, etc., fruto todo ello de la lucha por “aparecer” tanto o más que los otros o porque mis intereses prevalezcan.

De ahí, pues, no sólo en el primer caso, sino que en los demás, la necesidad de ser objetivo y realista, ser humilde y sincero en el establecer y mantener buenas relaciones con los demás. 

Sigo otro día, Dios mediante.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

EMAIL: [email protected]

Sábado 01 Octubre, 2022

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Juan Luis Mendoza

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