Bicentenario

Francisco J. Álvarez Castillo

1
¡Con felicidad, ovación y unidos,
gocemos de grata compañía,
la historia que de dicha surgimos,
nuestra Patria celebra su día!
Son muchos años de historia,
que en la otrora fue de acontecer hiriente,
pero de su bello linaje emerge trayectoria,
¡hagamos viral este onomástico presente!
El bello y hermoso país Costa Rica,
celebra sus 200 años de vida independiente,
tierra de paz, buen humor y Pura Vida;
¡eje perpetuo del pasado y del presente!
La época colonial anterior,
fue de luctuosos momentos,
que de ella, etnias, batallaron con pudor;
luchando por su gente desde adentro.
Luego, años más tarde,
vino con fastuosidad la independencia,
que con esmero hizo alardes;
¡de la nueva y sutil esencia!

2
Un día altamente histórico,
brotó nuestra pequeña tierra con gracia,
de Centroamérica es su hito icónico,
características propias de nuestra idiosincrasia.
Con su primera constitución,
de una patria sin intermediarios,
el Pacto de Concordia redactó,
como prueba sutil y sin agravios.
Fueron momentos de tensión,
donde en Ochomogo las armas se alzaron,
como consecuencia, su capital Cartago, mermó;
pero la bella y nueva San José, con ímpetu, tañamos.
Posteriormente se pensó,
en un posible y grato delirio,
de la patria por nuestra voluntad erigió,
el Partido de Nicoya; bien ganado y merecido.
De la hermana Nicaragua,
la nueva provincia heredamos,
con pruebas de amor y añoranza;
Guanacaste, ¡felizmente ganamos!
Ahora ya nuestro país,
estaba concretamente estructurado,
son siete provincias, su celaje y raíz;
que como patriotas hemos sembrado.

3
Hubo luego un momento de tensión,
donde nos invadió un enemigo extranjero,
pero se pudo combatir con honor;
Juanito Mora, su ¡gloria! por siempre escucharemos.
¡Muchos fueron sus expresidentes,
que dieron cuerpo y alma por la patria;
entre ellos, también se me viene a la memoria prudente,
al señor Rafael Ángel Calderón Guardia!
Hombre tenaz, noble y valiente,
con un difícil gobierno pero con buenos ideales,
sus reformas fueron una adquisición vehemente;
entre ellas, destacan, las garantías sociales.
También está don Pepe Figueres,
que durante la guerra civil, triunfó,
dejando al ejército abolido junto con sus poderes;
hoy en día, "héroe de la paz", es su título merecedor.
Entre tantos próceres con méritos,
que dieron su vida por amor a Costa Rica,
hoy volvemos a recordar con benemérito,
desde su yacimiento honran esta tierra tica.
A la fe de los creyentes,
lo que diré bien amerita,
porque de nuestra tierra sutilmente,
se adueñó nuestra santa patrona, "La Negrita".

4
Son sus símbolos nacionales,
otra bella pertenencia en su torso;
ahora gozamos de bastantes,
porque se le añadió el oso perezoso.
No debemos tampoco descartar,
de esta tierra que nos vio nacer,
que además de ser nuestra casa;
también es "la reina del café".
Es la independencia de nuestro hogar que crece,
una fiesta de tambores, marimbas y liras;
aunque por la pandemia esto, tal vez, no sucediese,
hagamos historia juntos esquivando las desidias.
Hermanos, gritemos, ¡libertad! a esta nación,
que para ganarla, sufrimos a montones,
pero con astucia, amor, hermandad y candor;
¡somos independientes, con atributos y honores!
La antorcha ardiente está encendida,
brilla feliz con sus colores terciopelo,
indicándonos que la fiesta apenas inicia;
este día es único, lleno de valor y desvelo.
Con todo el fervor patrio,
celebremos con aplomo e hilaridad,
¡Que vivan Costa Rica y su bicentenario;
que vivan siempre el trabajo y la paz!