La Reforma Laboral, el trabajo y los ticos
Lic. Carlos Fuentes Núñez*
A un año de entrar en vigencia la Reforma Procesal Laboral ya se puedan dar algunos datos de lo que ha ocurrido. Estoy seguro de que los compañeros jueces de la jurisdicción laboral y demás autoridades judiciales y estatales, con estadística en mano, darán a conocer los resultados.
En lo particular y durante un periodo en el que laboré como Juez de Conciliación del Poder Judicial destacado en la Zona Atlántica de nuestro país, mi experiencia fue exitosa pues gracias a Dios siempre la balanza fue positiva a favor de acuerdos entre las partes de la relación laboral, logrando la mayor satisfacción de los involucrados y una eficaz justicia pronta y cumplida.
Incluso, con gran orgullo puedo indicar que en la Sede del Primer Circuito Judicial de la Zona Atlántica (Limón) del Centro de Conciliación del Poder Judicial, se realizaron con éxito las primeras y novedosas “audiencias de conciliación previas a la interposición de la demanda” creadas en la reciente reforma, audiencias de lo que también estoy seguro compañeros y autoridades darán a conocer los pormenores y sus resultados; sin embargo, hoy quiero aprovechar para hablar de lo que ha estado oculto y ha salido a la luz con la aplicación de la Reforma Procesal Laboral, y es que nada gana nuestro país con tener leyes modernas y sofisticadas si los costarricenses, si nuestra sociedad las desprecia y no las quiere acatar, si no tenemos un Estado capaz de hacerlas cumplir, ya sea por ignorancia o impericia o peor aún por falta de compromiso de sus funcionarios.
Durante años, empresas y patronos han abusado de sus empleados a la vista y paciencia de la sociedad y del mismo Estado (Ministerio de Trabajo-CCSS-Ministerio de Hacienda-Poder Judicial), han burlado las leyes laborares, la seguridad social y la hacienda pública en miles de casos, incluso esos patronos ignoran el llamamiento judicial o se esconden, por lo que no comparecen ni a audiencias ni a juicios, atrasando el proceso judicial y agudizando la crisis económica de los trabajadores que reiteradamente se van de procesos con las manos vacías aunque con una sentencia a su favor.
Como ejemplo de ello es importante destacar lo sucedido con las empresas de seguridad privada que en el último año y con ocasión de la entrada en vigencia de la Reforma Procesal Laboral, han quedado más que en evidencia con decenas de despidos y centenas de procesos judiciales laborales en su contra, con cierres de empresas que de ninguna forma garantizaban el derecho de sus extrabajadores, explotados para que sus patronos pudieran acumular vergonzosamente riqueza, esto como he dicho, sin pagarles lo debido según la ley, además de retenerles las cuotas obrero patronales a sus empleados y no entregarlas a la CCSS, y también sin tributar.
Lo mismo ha sucedido con las empresas privadas de limpieza que hay en todo el país y con muchísimos trabajos más como el de las empleadas domésticas, choferes y dependientes de negocios.
Es muy triste ver cómo en cualquier parte del país esto sucede una y otra vez, por eso creo que aparte de los resultados que se nos indicarán, lo más importante de la Reforma Procesal Laboral será el “destape” que ha provocado, quizás sea lo que como país y sociedad necesitábamos para reaccionar, para “resetear” el mal sistema que llevamos años aplicando y ver como hay personas físicas y jurídicas que no pagan impuestos, no pagan las cargas sociales que les corresponden a sus trabajadores o, ni siquiera los inscriben ante la CCSS y mucho menos les pagan según la ley y sus correspondientes jornadas y no pasa nada.
Es la hora de reaccionar, los trabajadores y el Estado (Ministerio de Trabajo- CCSS) tienen la obligación de aprovechar la coyuntura histórica que brinda la Reforma para no volver a agachar la cabeza, para que el trabajo en Costa Rica sea digno, más justo y honesto, pero para ello debemos crear conciencia en todos, trabajadores, patronos y Estado, para que se apliquen correctamente las leyes, ya no podemos seguir evadiendo la realidad de que nuestra sociedad evade la responsabilidad. Eso ha quedado demostrado, no solo en el ámbito del trabajo y las leyes, sino que también lo vemos en el ámbito familiar, en las carreteras y ni se diga respecto a la responsabilidad tributaria de todos.
Tenemos de frente al iceberg… ¡ahora a trabajar! “Sepamos ser libres, no siervos menguados…”
*Funcionario Público
Experto en Manejo de Conflictos Interculturales (CIESI-OEA)
