“Un país sin territorio ni ciudad a la luz del actual proceso electoral”
Mario Arce
Al igual que la mayoría de costarricenses, enfrento con grandes dudas este próximo proceso electoral que se avecina, no solamente por el descrédito generacional que despiertan la mayoría de las principales dirigencias políticas, salpicadas de innumerables escándalos de corrupción en los últimos años, sino porque algunos de los temas más importantes para el futuro inmediato del país, no han sido abordados en los debates, entrevistas y comparecencias celebradas con los principales candidatos a la Presidencia, y dudo que lo vayan a ser de aquí al 7 de febrero próximo.
La problemática del territorio y el modelo de desarrollo urbano imperante en Costa Rica es sin duda uno de los ejes de discusión más importantes que se pueden promover en la actual campaña política, no obstante es precisamente uno de los temas ausentes.
En un contexto en el que 60% de la población vive en un territorio como la GAM, afectado por graves problemas de movilidad, de gestión de residuos, de ausencia de planificación local y pésima gestión municipal, de falta de oferta de vivienda accesible; la discusión sobre gestión y estructura metropolitana, sobre la reforma al sistema de vivienda de interés social, sobre la reforma institucional al INVU y a la Ley de Planificación Urbana, la reforma al MOPT para dotarlo de un Departamento de Movilidad (el cual hoy no tiene), entre muchos otros temas, no ha sido ni tan siquiera propuesta por los actuales candidatos a la dirigencia del país.
En un enfoque más amplio y observando al territorio nacional en su totalidad, es posible observar cómo los proyectos de infraestructura regional que deben potenciar el crecimiento de áreas metropolitanas costeras o peri-urbanas como es el caso de Limón, San Carlos y Puntarenas, no han sido articulados con proyectos territoriales integrales que permita incorporar a la población local a las nuevas oportunidades de desarrollo. Sobre estos temas el silencio ha sido igualmente notorio por parte de los aspirantes a dirigir el país en los próximos años.
Costa Rica tiene las horas contadas como “destino verde” según lo reflejan los datos actuales, lo anterior dado que los compromisos adquiridos por el país en el marco del Convenio Mundial de Cambio Climático, suscrito en el año 2015 mediante la firma del Acuerdo de París, son imposibles de cumplir bajo las practicas urbanas actuales, en otras palabras, la carbono neutralidad prometida para el 2021 no es sino una quimera, ante la cual tampoco existe una reflexión o cambio de estrategia que se vislumbre por parte de los aspirantes a la futura administración del Estado.
Las noticias de esta semana sobre el proyecto de ley para la exención tributaria a vehículos eléctricos es un paso hacia adelante, pero se necesitan medidas más enérgicas en materia de importación de vehículos y de renovación de la flota del transporte público, entre otras iniciativas que se pueden mencionar.
Existen otros temas asociados a la planificación educativa, el empleo y la salud que no pueden ser abordados bajo propuestas reformadoras sin considerar su dimensión territorial, y finalmente, la Hacienda Pública, que se ha convertido en un problema indescifrable, podría robustecerse y financiarse no con reformas impositivas imposibles de aprobar en el contexto legislativo actual, sino con instrumentos de gestión del suelo que logren captar una pequeña parte de los recursos generados por la especulación y el desarrollo inmobiliario, algo que Brasil y Colombia han hecho con éxito, y que forma parte de la Nueva Agenda Urbana suscrita por Costa Rica el año pasado.
De forma respetuosa, invito a los candidatos a abordar alguno o bien todos estos temas en los próximos debates y espacios disponibles, ser presidente de un país no es otra cosa que ser el administrador y promotor de su territorio, y ya es hora de que los aspirantes empiecen a merecer ese puesto.
