El delicioso aroma del bizcocho, el tamal asado, las rosquillas y hasta los tamales de frijol abren el apetito a todos los que pasan frente al puesto de Iveth Muñoz en el Mercado Central de San José, adonde muchos llegan para comprar lo que repartirán en el Rezo del Niño.
Por más de 75 años el negocio familiar ha escrito también historias de tradición, la cual en medio de la nostalgia recordó esta trabajadora mujer, quien heredó el puesto de su madre, una mujer sencilla que logró abrirse camino para salir adelante con los suyos.
“Aquí vendemos a buen precio todo para el rezo y si se trata de tamal asado ni se diga, eso es lo que prefieren en esta época. Gracias a Dios hemos salido adelante con la ayuda de mucha gente que disfruta lo que le ofrecemos”, declaró a DIARIO EXTRA mientras atendía a varios clientes.
A la inversión del pan y el plato de arroz con pollo, quienes piensen hacer el rezo en casa deben sumarle lo que cuesta el rompope, el agua dulce, el café y lo que tendrán que pagarles a los rezadores, quienes en su mayoría cobran entre ¢10 mil y ¢40 mil.
Esto significa que el costo total podría sobrepasa los ¢60 mil, pero “como el buen gusto y el compartir no tiene precio”, el Rezo del Niño también se convierte en un pretexto para compartir.
TRADICIÓN RELIGIOSA
Crear la devoción hacia la figura de María, José y el Niño Dios recae en san Francisco de Asís, pero la tradición en nuestro país al Rezo del Niño llegó durante la época colonial con los franciscanos, sigue vigente y se celebra días después de la Navidad, durante los 40 días que comprenden entre el 25 de diciembre y el 2 de febrero.
Por tal motivo las catedrales del país preparan y convocan a los lugareños para se acerquen al templo y participen en los rezos y cánticos en honor a la Sagrada Familia, los cuales podrían tener alguna sorpresa porque no se descarta que también pueda haber una comilona después de las oraciones finales.
“Hay iglesias donde no dan nada, pero donde yo vivo en Aserrí en varias hay bastantico que comer. La gente lleva las cosas y compartimos todo lo que llevamos. Somos gente sencilla”, dijo Cristina García, mientras entraba a la Catedral de San José para confesarse y en medio del sonrojo nos pedía que no le tomáramos foto porque le daba vergüenza salir “en la Extra”.
El Rezo del Niño tiene un simbolismo en los templos, por eso las catedrales se convierten en el principal punto de encuentro de los creyentes, quienes tras participar en la misa esperan con paciencia que villancicos como el “Los peces en el río”, “Venid pastorcillos” y “Campanas de Belén” anuncien que el rosario empezó.
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CRÉDITOS: Foto: Mauricio Aguilar
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Viernes 08 Enero, 2016
HORA: 12:00 AM
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