La negociación salarial de los empleados públicos que empezó ayer concluyó sin resultados y un sinfín de especulaciones sobre cómo concluirá esta ronda de pláticas para decidir el monto del aumento salarial de los 250 mil empleados públicos.
NUEVO LOOK DE MINISTRO
El encuentro transcurrió con un Olman Segura, ministro de Trabajo, luciendo un look nuevo al teñirse el cabello de un negro azabache que hizo que muchos periodistas y sindicalistas no lo reconocieran hasta que se sentó en la silla con su nombre.
Algunos lo felicitaron y lo elogiaron, mientras que otros lo criticaran a sus espaldas.
En las conversaciones también participaron los viceministros de Trabajo, Hacienda, Economía, Presidencia y el director del Servicio Civil.
El encuentro no duró más de una hora y abrieron a los periodistas la sala para anunciar que se encontrarían de nuevo el 20 de enero a las 2 p.m. porque no hay ninguna prisa, ya que para el sector público los incrementos se pagan en forma retroactiva.
Quien efectuó el anuncio fue Segura, quien hizo gala de su nuevo look al explicar que darían un margen de espera para que ambas partes tuvieran listas sus propuestas, aunque confirmó que según la fórmula automática debía ser del 0,43%.
SE GUARDAN LAS PROPUESTAS
Aunque dos grupos de sindicatos coincidieron en hacer igual número de peticiones salariales, ninguno de los dos quiso entregar sus propuestas alegando que había que analizar muy bien los montos, los porcentajes, la repercusión de la inflación y del PIB en los salarios.
Las principales centrales sindicales se reunieron el miércoles y acordaron solicitar alrededor de un 5% de aumento, que correspondería a la inflación vencida, un porcentaje de la proyectada y un adicional por el aumento del PIB.
Otros gremios se reunieron por aparte ayer mismo y analizaron los tres aspectos arriba citados, llegando a solicitar un aumento del 4,08%.
Trascendió que el trasfondo para alargar la aprobación del incremento es que el gobierno lo politice al ofrecer uno muy por encima del porcentaje de la fórmula automática, aprovechando que tenía presupuestado un 2,5%.
DIARIO EXTRA supo que el gobierno quiere romper el acuerdo de la fórmula para sacarle provecho y limpiarle la imagen a la administración Chinchilla y al partido de gobierno.
Por eso los sindicatos harán lo que está a su alcance por postergar la negociación más allá del 2 de febrero para que la fijación sea después de las elecciones.
Lo que quedó en firme fue la instrucción de la presidenta Laura Chinchilla para que se les congelen los salarios a los ministros, viceministros y presidentes ejecutivos.