Depredadores sexuales al acecho

EDITORIAL

Justamente hace unas horas el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) reportaba la detención de un sujeto mayor de 42 años en Nosara, Guanacaste. Al sospechoso se le vincula con el delito de seducción o encuentros de carácter sexual con una persona menor de edad. Lo anterior por medio de plataformas digitales.

Hace tan solo hace un par de meses, una adolescente de 16 años fue la víctima de un depredador sexual, que usó el perfil de Facebook para contactarla, hacer amistad, invitarla a su casa y violarla.

La jovencita le contó al violador que su familia sufría una situación económica complicada y este ideó ofrecerle ayuda, como dinero y algunos víveres para abusarla.

Otro caso muy lamentable es el ocurrido en Alajuela hace un par de años, en esa ocasión una colegiada fue asesinada por el hombre que la contactó vía redes sociales y la llevó hasta su casa.

Así como estos casos han sido detectados por las autoridades y los responsables deberán responder por tales infamias contra personas menores de edad, lo cierto es que más del 99% de este tipo de abusos sexuales cibernéticos pasan desapercibidos.

La pandemia del Covid -19 es el escenario ideal para los depredadores sexuales, pues nunca tantos niños, niñas y adolescentes estuvieron conectados a internet y por tantas horas.

Hoy el confinamiento obliga a la mayoría de los estudiantes a realizar sus trabajos educativos usando red y a estar en sitios de reuniones con sus compañeros y profesores, los mismos que ya se ha evidenciado son pocos seguros pues hay hackers que han logrado penetrarlos.

Es claro que si hay millones de personas menores de edad navegando y muchos sin la supervisión de un adulto, lo cierto es que habrá otra cantidad igual de abismal de acosadores y pedófilos tratando de capturarlos.

En Holanda, una organización no gubernamental denominada Terre des Hommes hizo estimaciones mucho antes de la pandemia y detalló que por día hay al menos 750 mil cazadores que están conectados en Internet buscando presas y dispuestos a pagar sumas exorbitantes por sus servicios virtuales.

Estas personas por lo general operan en la red profunda y oscura, como se le conoce, pero también andan en busca de perfiles de redes sociales, donde se hacen pasar por menores también.

Los acosadores llevan un estudio detallado de sus víctimas y tardan días analizándolas hasta que logran entablar contactos que muchas veces pasan de una simple conversación a solicitud de fotografías, exigencia de datos familias y extorsión. En otros hay resultados más gravosos como secuestros, privaciones de libertad, producción de pornografía y hasta asesinatos.

Nunca los más pequeños de la casa estuvieron tan expuestos a este tipo de atrocidades y eso que están confinados, lo anterior de acuerdo a expertos en ciberdelincuencia es un arma de doble filo, pues tantos meses contraídos en sus hogares también les hace más vulnerables psicológicamente.

Los Angeles Times, un diario estadounidense, hizo un reportaje sobre el tema y cómo estaba impactando el ciberacoso en esa ciudad, consultada Alicia, experta en seguridad en internet y defensora de los niños quien sobrevivió al secuestro hace casi dos décadas, “dijo que el aumento de la actividad es tristemente predecible. Los niños son más vulnerables en este momento porque, como todos nosotros, se sienten aislados, y los depredadores lo saben. En este momento los niños no tienen otra salida social, y están experimentando una amplia gama de emociones”.

Solo en Los Angeles en el último mes, la policía reporta más de 4 millones de denuncias de acoso sexual a menores usando las plataformas digitales, lo cual es exorbitante.

Penetrar en el cibermundo no es cuento de hadas, la penumbra de los “nicknames” pone en serios riesgos a los usuarios jóvenes.

Las cifras lo demuestran: 30 de cada 100 jóvenes son víctimas de acoso por las redes, según un estudio realizado por Eset Latinoamérica en Bratislava, Eslovaquia.

La larga permanencia en el hogar bajo la tutela de adultos podría ser otro elemento para considerar en el tema de los abusos sexuales, pues la mayoría de las veces estos delitos ocurren en el mismo círculo cercano del niño o niña.

Los denunciantes por excelencia como maestros, otros padres de familia, personas religiosas, en guarderías o hasta las mismas autoridades no tienen acceso a esta información pues no se está socializando.

Los padres de familia no deben dejar un solo portillo abierto, desde los chats por celulares, hasta los video juegos en línea, plataformas de reunión y otros son el foro perfecto para sufrir los ataques.

Por eso se recomienda tomar medidas estrictas y ante todo mucho diálogo con los jóvenes.

Primero y fundamental: Dígales a sus hijos que eviten comunicarse con extraños en línea, monitorear los chats, mensajes y comunicaciones de los hijos. Explíqueles que los depredadores les van a ofrecer regalos a cambio de imágenes o videos sexualmente explícitos y harán amenazas, por eso deben de inmediato buscar un adulto de su confianza.

Los padres o encargados deben ser los que configuren los perfiles que usan los menores, colocar las claves de seguridad y establecer controles parentales de uso.
Se recomienda revisar las redes sociales y los perfiles y publicaciones de sus hijos. Hablen con sus hijos sobre lo que es apropiado decir y compartir pues otras personas las vean y pueden replicarlas. Esos datos nunca se borran completamente.

Anime a los niños a elegir nombres de pantalla apropiados y crear contraseñas seguras. Los padres deben conocer todas las contraseñas y desalentar a los niños de mantener sus contraseñas en secreto.

Establezca como regla con sus hijos que no pueden organizar una reunión con personas que hayan conocido en línea sin su conocimiento y supervisión.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Viernes 31 Julio, 2020

HORA: 12:00 AM