Estonia: campeón mundial de la educación
Opinión
Conocí Estonia durante los primeros años de su libertad, después del dominio soviético. Un país muy pobre. Una nación llena de jóvenes. Dividido en dos poblaciones. Unos estonios y la otra población compuesta por rusos... Estonia es famosa por su gran coro, que canta en agosto con 10.000 voces. ¿Cómo se ha transformado Estonia en el país líder de la educación? En la última encuesta mundial de la educación, los resultados en los tres exámenes fueron excepcionales. Kristina Kallas, ministra de Educación de este pequeño país de millón y medio de habitantes, dice: “Tenemos un sistema educativo descentralizado y muchas decisiones se toman a nivel escolar. Nuestras escuelas y maestros tienen una gran autonomía para decidir cómo enseñar, a qué personal contratar, o qué capacitaciones brindar. Estonia no apuesta por una gran burocracia, sino por la iniciativa de sus docentes”.
Kallas añade: “El sistema se basa en la confianza en los directores y docentes. Ahí está una de las diferencias: no se baja una línea de arriba hacia abajo. Las escuelas tienen el suficiente margen para apropiarse del proceso educativo, incluso para delinear su propia currícula; algo impensado por estas latitudes”.
Los maestros son la clave. Una característica importante de Estonia es que su dinero para la educación no es grande, es de término medio, y saben hacer milagros. El éxito se concentra, en parte, en la formación de sus cuadros educativos. Según cifras oficiales, el 98% de los maestros y el 100% de los directores asistió al menos a una actividad de desarrollo profesional en el último año.
Uno creería, entonces, que Estonia destina una dineral a la educación, a sostener un sistema de excelencia, con la mayor sofisticación tecnológica. “Sin embargo, comparado a otros países europeos, invierte bastante menos: el 6% de su PBI (el mismo porcentaje que Argentina debería destinar por ley). En números concretos, invierte cerca de 7.400 dólares por alumno, mientras que en la Unión Europea el promedio es de 10.800 dólares”.
Este país con dos idiomas diferentes, el ruso y el estonio, logró hacer un territorio nacional superconectado, y con la mejor educación de Europa, mejor que su vecina Finlandia, y compitiendo con los grandes centros educativos de Corea, Japón y Singapur. Con menos dinero que Costa Rica, han sabido hacer llegar su educación al primer nivel mundial. Nada es fácil, pero hay voluntad.
*Diplomático
