El fenómeno de la violencia juvenil se ha incrementado considerablemente, pues las distintas formas de violencia cada vez ganan más espacios en los recintos educativos y su participación en actos ilegales fuera de ellos.
No se trata de género, la violencia puede empezar en las aulas y ser el foco de ignición para una escalada avasallante, en especial cuando existen factores que aumentan las posibilidades de ser víctima o victimario.
María Gabriela Alfaro Zúñiga, fiscala adjunta penal juvenil, explica que los costarricenses tienen una falsa percepción de que no existe una justicia juvenil, pero sí la hay.
“Lo que sucede es que está protegida por un principio de confidencialidad y privacidad que hace que no se publiciten muchas de las acciones que en los procesos penales juveniles se realizan”, manifestó.
PENAS JUDICIALES
Un menor de entre los 12 y 18 años es sujeto procesal si comete un delito, sin embargo, cuando se trata de menores de 12 años “las autoridades deben comunicarse con el Patronato Nacional de la Infancia en virtud de que por ley y por un principio de legalidad el Ministerio Público no podría intervenir, no es parte de un proceso penal”.
Según la experta, la violencia no tiene edad. Lamentablemente es un fenómeno que ha abordado a los jóvenes a cualquier edad, sin embargo, hay algunos factores que son relevantes al analizar el incremento de este fenómeno, siendo el principal el consumo de sustancias ilegales.
Alfaro explica que estos casos son más comunes en menores de entre 16 y 17 años, siendo también la edad promedio en que son presa fácil de grupos criminales, que aceleran el comportamiento violento en estos jóvenes.
En esta espiral la persona menor de edad pasa de ser víctima, de quien lo involucra en el mundo de las drogas, a cometer delitos a partir de ese consumo y bajo la influencia del marco de criminalidad organizada.
FACTORES
La violencia juvenil no es producto de un solo factor. Para Alfaro “debemos analizar no solo los factores que influyen en la violencia, sino también aquellos que coadyuvan para que esta persona menor de edad se dedique a actividades delictivas”.
Uno de los principales factores está asociado al entorno familiar, a las carencias afectivas que conducen a los menores a buscar agrupaciones delincuenciales, o bien por imitación de los tipos de conducta violenta, que los llevan a la comisión de delitos.
“La búsqueda de cariño, de una identidad, de un apoyo, de una contención que no encuentra en el hogar; o bien, es llamar la atención de una forma negativa frente a todas estas carencias afectivas, carencias de apoyo y contención que en otros ámbitos no está encontrando”, explicó.
Según la fiscala adjunta penal juvenil, los índices actuales son producto de una mayor visibilidad de los hechos.
“Una cifra oculta donde sabíamos que existía violencia, pero no se estaba denunciando, no se estaban realizando los reportes correspondientes”, añadió.
CIFRAS DE 2023
Según los reportes, en junio de 2022 los casos se ubicaban en 150, para el mismo mes de este año el número se duplicó.
Las autoridades tienen reportes de más de 300 causas relacionadas con violencia en centros educativos, casos de agresiones física, emocional, psicológica e inclusive sexual.
Una cifra que no solo debe llamar la atención de las autoridades judiciales, sino también de los centros educativos y la comunidad en general “porque si no realizamos un trabajo articulado va a ser muy difícil contrarrestar este ascenso de la violencia.
Para ello tenemos que comprender cómo funciona la violencia para poder abordar a estas personas menores de edad, que por lo general, de acuerdo a los estudios psicosociales que se realizan o bien al estudio de todo el ámbito social y familiar, se determina una serie de factores importantes que hacen que se pueda comprender la inclinación que tienen a la ejecución de actos de violencia”.
FIN DE LA LEY
Las sanciones aplicadas a un menor de edad que cometa un delito dependen de la gravedad de este, teniendo como pena máxima 10 años para los menores de entre 12 y 15 años, y para aquellos cuyas edades oscilen entre 15 y 17 años la condenatoria no deberá exceder los 15 años.
Para Alfaro es relevante mencionar otros puntos. “La Ley de Justicia Penal Juvenil tiene un fin de inserción, de integración y de restauración individual y social de la persona menor de edad”, aseguró.
Entonces, aunque se recaben y se presenten las pruebas que pretenden demostrar la participación del menor en el delito que se le achaca, también es su deber recolectar los elementos que permitan determinar la realidad familiar y social del menor.
DELITOS
Entre los delitos cometidos por menores de edad están los relacionados con la integridad física, agresión con armas de fuego y arma blanca, agresiones sexuales, delitos contra la propiedad, amenazas y ofensas.
Estas conductas son evaluadas por las autoridades, quienes de manera articulada han desarrollado estrategias para atacar este flagelo.
DIARIO EXTRA ha consultado en reiteradas ocasiones a los ciudadanos sobre la actuación de la justicia en los casos de violencia y la mayoría coincide al señalar que el problema radica en las “leyes blandas”.
Alfaro señala que, en el caso de los menores de edad, expresiones como “es menor de edad, no pasa nada” no se corresponden con la realidad, sino que son producto de la confiabilidad de los casos.
Es decir, son procesos privados, por lo que no existe forma de accesar a esa información.
FACTORES QUE INFLUYEN EN LA VIOLENCIA
Temperamento
Poco manejo de impulsos
Falta de control de ira
Familias disfuncionales
ELEMENTOS A VALORAR
Estudio psicosocial (víctima y victimario)
Evaluación de fuentes colaterales
Expedientes clínicos
Evaluación a padres
PERIODISTA: Deyfid Solorzano
EMAIL: [email protected]
Martes 12 de Septiembre, 2023
HORA: 12:00 AM
SIGUIENTE NOTICIA