El UBI
José Calvo
Estas son las siglas en inglés de Universal Basic Income, o la Renta Garantizada que se impondrá necesariamente para contrarrestar los efectos sociales de la automatización.
Sobre la imposición de esa renta se pueden decir muchas cosas, pero se hará. Hay que hacerlo porque la automatización desplazará de su empleo a la gente, y “the name of the game is people”. Los empresarios son los que no la quieren, pero se verán obligados a aceptarla debido a que solo así podrán vender sus productos, para los cuales no habrá demanda si no hay empleo.
Más bien ya está cogiendo tarde para hacerlo. Pues se debe hacer paulatinamente para evitar los cambios drásticos que se llaman “revolución”, y quién sabe si eso se podrá evitar.
Quienes escriben sobre el UBI lo hacen tardíamente y de mala gana, pero hay que ver también que todos están asociados con la clase empresarial, para la cual el asunto se refiere a una especie de “solución final”, aunque no se sepa a quién van a vender sus productos, los que los tienen, pues esto es el discurso de la clase financiera. Porque no es sobre “el futuro del trabajo” que debemos de pensar, es sobre el futuro del mercado; cualquiera debe entender que sin la demanda, que solo puede proporcionar el empleo, no puede haber mercado: el UBI es una manera de garantizarlo.
¿Es que hay una nueva economía? Definitivamente no. Tampoco hay una nueva ideología. Es la misma majadería de que no se debe dar algo a cambio de nada, como si “the name of the game” no fuera “people”. Si no hay demanda no hay mercado, y si no hay trabajo que proporcione la plata, tampoco hay demanda. Pero en todo el juego lo más importante es la gente. Al desaparecer el empleo por la automatización, tiene que haber una forma de dar a la gente la plata para mantener la demanda, y la única manera es con el UBI.
Lo que hace al UBI inaceptable es el egoísmo: la idea de que no se debe dar algo a cambio de nada. Pero no es culpa de la gente quedarse sin empleo, y si el cambio tecnológico así lo requiere, habrá que inventar otra manera de distribuir la riqueza, que no tiene por que ser de los empresarios: ese es el concepto que hay que cambiar.
