Entrémosle ya al reglamento legislativo

El movimiento legislativo en lo que va del presente año ha sido bastante escaso en cuanto a la promulgación de leyes. Cuatro en total. Como temas fuertes destacan la ampliación de la ruta San José-San Ramón y la aprobación del financiamiento para ampliar la ruta 32 a Limón. Después se aprobó un presupuesto extraordinario y el proyecto para cambiar el nombre del cantón de Aguirre a Quepos.

La perspectiva para lo que resta de la presente legislatura hasta concluir el 1º de mayo no tiene visos de variar. Los temas en agenda van a estar permanentemente retrasados por el debate político-politiquero, sobre todo con miras a la elección del próximo Directorio legislativo y la conclusión del primer año del gobierno Solís Rivera. Eso será absolutamente inevitable como reedición de lo que tradicionalmente ocurre en el parlamento en esta época del año.

Y por supuesto no es que en la agenda no haya temas importantes que debatir y votar. Los hay. Algunos altamente controversiales y otros menos o nada, pero que al calor de las precandidaturas presidenciales legislativas se convierten en controversiales y atrasan los procesos. Algunos aspirantes han perdido la perspectiva de esa elección, que se desarrolla exclusivamente en la sala del plenario e involucra exclusivamente a los 57 diputados, y mantienen una permanente plaza pública en sus curules. Además de que el presidente legislativo no es quien decide qué se discute y qué no se discute en el parlamento. Sus funciones son otras.

Ahora bien, frente a este panorama es necesario hacer un esfuerzo extraordinario para sacar adelante legislación antes de que concluya la actual legislatura. Hay algunos proyectos importantes con trámite bastante avanzado, que pueden aprobarse sin mayor dilación, y lo mismo puede hacerse con respecto a nombramientos, tanto en el Poder Judicial como en la junta directiva del Banco Central.

Complementariamente a ellos, y en primer lugar, creo que en abril el plenario legislativo debe dedicarle el tiempo necesario, con el compromiso de llevar las propuestas a votación, de las reformas al reglamento que están planteadas, algunas desde larga data.

Entrarle a ese debate, votar a favor o en contra, pero votar, considero que debe ser nuestra tarea prioritaria del próximo mes. Mucho se ha hablado de que la renquera parlamentaria, los incumplimientos de la Asamblea con el país, y las críticas reiteradas de la ciudadanía hacia sus diputados, devienen mucho de un reglamento anacrónico, que en vez de agilizar los procesos, facilitan su empantanamiento. Resolvamos ese problema, por los menos en los temas en que hay más coincidencia, en las reformas que reduzcan plazos y tiempos para intervenir, sin que ello menoscabe el sereno y profundo debate de los temas, no afecte el debido proceso ni el principio democrático, pero hagamos algo.

Ya hemos hecho una experiencia de un año como diputados. Conocemos por la brega cotidiana cuáles son los trámites y los procedimientos legislativos que pueden acortarse o eliminarse sin que ello afecte la calidad de la legislación, sino todo lo contrario, lo que falta es actuar en consecuencia.

Estamos concluyendo esta primera legislatura que, en mayor o menor medida nos tiene insatisfechos. A partir del 1º de mayo iniciaremos la segunda legislatura, que debemos encararla con más experiencia individual y colectiva, mejor conocimiento de nuestro rol como gestores de legislación; es decir, mayores fortalezas para cumplir con nuestras responsabilidades, que deben ir aparejadas de un reglamento legislativo a la altura de nuestras posibilidades y de las obligación del Primer Poder de la República.

PERIODISTA: Humberto Vargas Corrales*

EMAIL:

Viernes 27 Marzo, 2015

HORA: 12:00 AM