¿Mismas obligaciones, mismos derechos?
Editorial
Se supone que cuando dos personas engendran a otra tienen las mismas obligaciones y los mismos derechos, ya sea que la hayan concebido dentro del matrimonio o fuera de este, pues algunas mujeres abusan de estas dos condiciones para manipular y aprovecharse del hombre.
Sin embargo a veces entramos en confusión porque al parecer los varones sí tienen muchas obligaciones, pero los derechos son cada vez menos y casi todos, por no decir que la totalidad, están en gran desventaja respecto a sus exparejas.
Se conoce de casos donde las mujeres se oponen a que los padres puedan ver a sus hijos, a pesar de que los primeros cumplen a cabalidad con el pago de la pensión y los gastos extraordinarios de los menores.
La situación empeora cuando el hombre rehace su vida con otra pareja, entonces la mujer busca cómo poner a los hijos en su contra con el argumento de que los cambió por esa nueva relación y ya no tendrá tiempo para ellos.
Lo que pasa es que ellas no se dan cuenta que no solo le están haciendo un daño al hombre con el que tuvieron una relación sino también a sus propios hijos, a los que llenan de resentimientos hacia el ser que los engendró.
Además hacen que en muchos casos vean a sus padres como los proveedores de dinero, a los que deben sacarles hasta el último colón, y no como la persona que les dio la vida, pero que asimismo los ama sobre todas las cosas.
Por eso ahora no entendemos cómo es posible que por medio de la interpretación de un artículo resulte que una madre soltera puede llevarse a su hijo para otro país sin tener que contar con la aprobación del padre.
Este artículo abre un portillo a muchas féminas para extorsionar a sus exparejas porque los amenazarán con que si no les aumentan el monto de la pensión o cumplen sus caprichos, se llevarán lejos a sus hijos, sin que tengan posibilidad de verlos.
No entendemos cómo si un papá se lleva a su hijo es delito y hasta puede ser acusado de secuestro o sustracción de menor, pero la mujer sí puede hacerlo sin que esto sea mal visto o lo tipifiquen como un delito. Aquí debería aplicarse aquello de “lo que es bueno para el ganso es bueno para la gansa”.
¿Dónde están las autoridades que velan por la niñez? Estamos convencidos de que algo no marcha bien porque el bienestar de un menor no puede estar lejos de sus padres, en especial si estos han mostrado interés en que no los separen.
No entendemos cómo una madre decide separar a su hija del padre y como solución autoriza que la visite cuando él quiera. Es cuando nos preguntamos ¿tiene la posibilidad económica para estar viajando?, ¿cada cuánto podrá verla? y ¿de cuántos momentos especiales de su primogénita se perderá?
Otra situación alarmante es que quien emitió este fallo es una jueza extranjera, entonces nos preguntamos ¿tomó la decisión con base en las leyes de su país o del nuestro? Claramente este es un caso que amerita estudio porque es injusto que un padre no pueda volver a ver su hija de apenas tres años.
Una cosa es que la madre tenga la patria potestad del menor y otra que lo aleje del padre y les impida compartir juntos. Las autoridades deben velar por que los progenitores cumplan con sus obligaciones y sus derechos, pero sobre todo que los niños vivan en un ambiente agradable.
