En Costa Rica, aproximadamente unas 14 mil adolescentes quedan embarazadas cada año y de ellas cerca de 500 son menores de 15 años. Es por ello que Fondo de Población de la Naciones Unidas (UNFPA), junto al Ministerio de Salud y el Consejo Interinstitucional de Atención a la Madre Adolescente (CIAMA) comenzaron una campaña para hacer conciencia en la población joven acerca del riesgo que esto tiene.
A pesar que en Costa Rica, las relaciones sexuales son legalmente permitidas a partir de los 15 años, estas deben estar dentro del marco de una relación sentimental, o sea que ambas partes deben consentir. No obstante, según algunas denuncias recibidas en el Patronato Nacional de la Infancia no todas ellas son producto del amor, sino más bien existe un interés económico detrás de ellas, especialmente porque son con hombres que les doblan la edad. En el 85% de este tipo de embarazos los hombres son mayores de edad.
La legislación costarricense estipula que cuando media cualquier intercambio de bienes a cambio de una relación sexual, sea consentida o no, se está frente al comercio sexual, por lo que el Patronato es muy cauto cuando se descubren casos de embarazos en menores de edad.
“El embarazo en adolescentes representa uno de los problemas sociales más importantes del país y está directamente relacionado a los índices de pobreza y también al abuso sexual contra menores. Involucrarme era cuestión de sentido común, ojalá logremos que mucha más gente lo haga”, comentó Leonora Jiménez, quien es una de las promotoras de la campaña.
El embarazo en la adolescencia es una problemática mundial. Se calcula que cada año alrededor de 16 millones de mujeres quedan embarazadas cada año, la mayor parte de ellas en países en desarrollo. Se estima que Latinoamérica y el Caribe es la región que tiene la segunda tasa más alta de embarazos adolescentes (alrededor de 70 nacimientos por 1000 mujeres entre 15-19 años) del mundo y se estima que un 38% de las mujeres se embarazan antes de cumplir 20 años.
