A las madres

Opinión

A esas mujeres que peinan de trenza o moño, a las que con pelo cano, manos frágiles, frente arrugada y surcos en el rostro, a las que visten delantal, a las que ayer con dolor y lágrimas trajeron hijos al mundo, a las que escucharon reiteradamente las palabras “puje, puje, más fuerte, ya casi, ya casi, ya se le ve la cabecita, siga pujando”, y segundos después escucharon el llanto del recién nacido, ahí se cortó el cordón umbilical, pero el nexo o cordón del amor nunca se cortó, y cada vez fue creciendo, especialmente cuando el niño o niña fue puesto sobre el pecho materno, y ahí en esa cercanía ambos escucharon el llanto como grito de libertad.

A esas mujeres que lavaron mantillas y cambiaron pañales, a las que amamantaron a sus retoños, a las mujeres que se levantaron en las madrugadas a calentar biberones y cobijaron al indefenso que lloraba o temblaba de frío en la cuna, las madres, figuras imborrables en la mente de sus hijos, a todas ellas nuestro respetuoso y profundo homenaje.

A la madre que le tocó como si fuera hombre labrar la tierra, coger café, encender el fuego ordeñar las vacas, darle de comer al ternero y echarle maíz a las gallinas, palmear las tortillas en hojas de plátano, a esas madres que aún hoy existen, todas fueron y son madres y maestras, para todas, nuestra profunda admiración, y a las de hoy muchas haciendo el papel de padre y madre, corriendo por la mañana para dejar el almuerzo listo, los niños vestidos, los cuadernos y tareas revisadas, la lonchera preparada, antes de partir para el trabajo en la fábrica, el negocio o la oficina.

Todas ellas excelentes administradoras hacedoras de milagros con el presupuesto, el que aun siendo bajo, tienen la virtud de extenderlo, sus manos son elásticas en la administración financiera, y su amor es eterno para los suyos, ante el peligro del hijo ellas se transforman en ángeles guardianes, ante el dolor y la enfermedad se transforman en médico, todo lo saben curar con solo las dosis de amor, a las madres que a cualquier hora venden rosas, chicles y periódicos en las calles bajo la lluvia o el sol, con el fin de llevar el alimento y abrigo que necesitan sus hijos, nuestro verdadero respeto.

También para todas las madres que trasnocharon, abrigadas con un paño sobre su cabeza, esperando el regreso de sus hijos e hijas ausentes, así también les enviamos afecto a todas las madres que después de tanto esfuerzos y sueños para ver a sus hijos crecer y transformarse en profesionales, hoy están en algún hogar de ancianos, porque en sus casas ya las consideran inútiles, cabe aquí el saludo afectuoso para las madres hoy recluidas en los centros penales, a los que llegaron muchas veces porque ellas querían obtener de la forma más fácil, pero no tan licita, algún recurso o dinero para mejorar la vida de sus dependientes, ellas también son madres que generalmente parieron con dolor, sudor y lágrimas a sus hijos.

En este próximo 15 de agosto, Día de la Madre, posiblemente las que hoy están descansando en lo alto lo que más agradecen es una conducta ejemplar de sus hijos y una oración, porque todas ellas cultivaron amor verdadero, y las que están vivas mucho agradecerán una rosa, un beso un abrazo, y un “te quiero, madre”. De mi parte, con reverencia me inclino ante todas ellas, enviándoles respetuosamente un fuerte abrazo.

*Escritor

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

EMAIL: [email protected]

Sábado 14 Agosto, 2021

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Álvaro Chaves Sánchez*