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Opinión

Pueblo harto y furioso

EDITORIAL

Las manifestaciones ocurridas los tres primeros días de esta semana por parte de los grupos de transportistas, pescadores, comerciantes, trabajadores desempleados y ciudadanos en general contra el gobierno y su decisión de desatender las peticiones y el clamor popular son la muestra más evidente del hartazgo, de la desesperación. 

No es para menos, el pueblo ya no aguanta la miopía del Poder Ejecutivo o la mala fe política con que están manejando la crisis sanitaria. 

Y si bien es cierto hay un riesgo inminente sobre la salud de muchas personas acá y en todo el orbe, en Tiquicia el caos va más allá del coronavirus, se trata de que ya hay hambre en las familias. 

Un desempleo que podría estar ahorita rondando las 750 mil personas, un alto costo de la vida, más impuestos en la comida y agua por las nubes con el “robo” tras el mal cálculo del Instituto de Acueductos y Alcantarillas están generando una bomba de tiempo. 

Hay que sumarle la quiebra de miles de empresas a lo largo y ancho del país, el cierre más que temporal de comercios, suspensión de contratos, ajuste de jornadas y una restricción vehicular sanitaria que no tiene pies ni cabeza. 

Los ticos estamos sobreviviendo literalmente por la gracia de Dios, pues las pésimas decisiones de las autoridades de Gobierno están incrementando la pobreza y parece no importarle; por el contrario, el propio presidente Carlos Alvarado hace oídos sordos a los ruegos de sus representados. 

Hace 349 días, casi un año, DIARIO EXTRA colocó un cintillo en la página 2 de la edición de cada día donde se emplaza al gobernante sobre las medidas que tomaría para reactivar el país y definitivamente las respuestas han sido nulas. 

Ahora en medio de la pandemia hay menos propuestas, la hoja de ruta de esta administración de cara a una situación crítica no es clara, no logran acuerdos con los gremios, tienen encima a los costarricenses por la inoperancia y la ineficiencia que les caracterizan. 

La pregunta del millón de dólares es: ¿Qué están haciendo en Casa Presidencial para sacar adelante al país? La respuesta es obvia: NADA. 

Lo sucedido frente a la Presidencia en Zapote, los bloqueos, las bombetas en tarros, los empujones entre policías y manifestantes, las pancartas y las consignas son la muestra de la desesperanza, más que eso: son la evidencia de la furia y si no se atiende a tiempo podría dejar saldos inimaginables. 

Pero no solo eso, los expertos en seguridad han expresado en múltiples ocasiones que el deterioro en la calidad de vida de los ciudadanos traerá consigo no solo un golpe directo en la economía ya desbastada, sino en lo social, aumentará la criminalidad pues donde hay hambre hay quienes no lo piensan dos veces para reclutarse en grupos criminales.

Y es sabido que estas redes no escatiman en pagar sumas de dinero competitivas y hasta mantienen barriadas completas, jamás queremos llegar a eso, pero ante las pocas opciones laborales y oportunidades es una posibilidad. 

Es cierto que hay casi 400 fallecidos y eso es más que lamentable, pero debe haber una mayor apertura y debe quitarse de una vez por todas esa restricción vehicular, que insistimos técnicamente no está comprobado que incida en el tema de los contagios, sin embargo sí está asociada al descalabro de los transportistas privados de estudiantes, trabajadores de plataformas digitales y comerciantes de carga. 

La propuesta del Gobierno denominada “Costa Rica escucha, propone y dialoga” es tan solo la muestra de la carencia de ideas, pero además como dijeron los sindicatos es solamente un “buzón de sugerencias” pues a lo largo de dos años de gestión han enviado propuestas viables y ni el recibido en el documento obtuvieron. 

Pero sale el viceministro Randall Otárola campante diciendo en televisión que no van a tolerar actos similares y este tipo de manifestaciones no son una actitud democrática. A estas palabras le decimos al funcionario: ¿Qué más antidemocrático que dejar un pueblo a su suerte, ignorar sus necesidades y peor aliarse con las clases ricas del país para manejar, manipular, mentir, hacer negocios y hasta robarse los datos personales para seguir engrosando billeteras? 

¿Qué más antidemocrático que un mandatario blanco, con pocas ideas y maniatado por los compromisos adquiridos con los poderosos, pues eso fue lo que hizo el PAC vendiéndole el alma a Horizonte Positivo?

¿Qué más antidemocrático que estar comiendo rico en Casa Presidencial con plata pública, olvidar el hambre de sus vecinos y peor dejar que los amigotes del Gobierno sigan evadiendo, eludiendo y hasta estafando a la CCSS con millones en cuotas patronales?

Y podemos seguir dando ejemplos, pero es gastar pólvora en zopilotes. 

En fin, entre cielo y tierra no hay nada culto, lo que vive Costa Rica tendrá facturas costosísimas en el futuro cercano. 

Y como dijo hace unas semanas el obispo de Tilarán, Manuel Salazar, “si el barco se hunde hasta las ratas se ahogan”. 

Ojalá todos salgamos vivos de este mal tránsito.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

EMAIL: [email protected]

Jueves 27 Agosto, 2020

HORA: 12:00 AM

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