Los costarricenses tienen más acceso a créditos debido a que el país cuenta con la segunda población más bancarizada en Latinoamérica, lo que permite a las entidades económicas brindar mayor financiamiento a intereses más bajos.
De acuerdo con los datos reportados por la Asociación Bancaria Costarricense (ABC), el 50% de los ticos mayores de 15 años de edad mantiene una cuenta bancaria en alguna institución financiera formal, posicionándose como el segundo país con estas características en la región, por encima de Chile, Argentina y México.
“El efecto que tiene sobre el costo del financiamiento es positivo, cuando más personas usan el sistema financiero, el costo de usarlo disminuye. Si alguien llega a pedir un crédito, podría acceder a tasas de interés relativamente más bajas que otros países y con mayor acceso”, explicó Rudolf Lücke, economista de la Universidad de Costa Rica.
Datos del Banco Central de Costa Rica, indican, que para el 2013 el Sistema Bancario Nacional posicionó cerca de tres billones de colones en créditos de vivienda, mientras que para el 2012 esa cifra fue de poco más de dos billones de colones.
Un avance importante, si se tiene en cuenta el déficit habitacional, relacionado con la falta de oportunidades, especialmente para la clase media trabajadora.
La ABC refiere que el año 2013 se colocaron ¢2,4 billones en préstamos para consumo. Este rubro, más el anterior para vivienda, suma un total de ¢5,2 billones en crédito para hogares.
Lücke sostiene que ese comportamiento es bueno para el país, pues hace que los bancos compitan para ofrecer tasas más bajas, lo que beneficia a las empresas que requieren iniciar construcciones o invertir en otros rubros.
“Cuando una persona o el gobierno requiere financiamiento resultará menos costoso para el individuo y el país, el efecto es favorable, porque se puede crecer mas allá en el tiempo aun si no se tiene los recursos”, dijo el especialista.
El 43,% de los costarricenses tiene acceso a tarjetas débito y el 12% cuenta con al menos una tarjeta de crédito.
