Lucha no debería ser solo en octubre

EDITORIAL

Desde hace muchos años la llegada de octubre es sinónimo de la lucha contra el cáncer, combate que dan hombres y mujeres a diario y lastimosamente termina con la vida de muchas personas por su agresividad.

Sabemos que se pelea contra esta enfermedad porque muchas marcas empiezan a hacer consciencia con artículos color rosa, realizan caminatas y anuncios incentivando el examen de mamas.

Sin embargo, pensando las cosas en frío, estos recordatorios deberían darse durante todo el año. Si hubiera algo que constantemente nos sugiriera practicarnos exámenes, revisarnos, muchos casos se habrían prevenido.

No podemos obviar que 43 de cada 100 mil mujeres sufren este padecimiento, el cual es la segunda causa de muerte en Costa Rica. Muchas dan la lucha y otras exponen a que el tumor aparezca de nuevo.

Datos del Registro Nacional de Tumores revelan que 12 de cada 100 mil féminas perderán el combate contra este mal. Un 27% de quienes sufren ese tipo de cáncer está en edad productiva, pues tiene entre 50 y 59 años. Y algo preocupante: se estima un aumento del 70% de casos para 2035.

Tal vez algunas personas no entienden la gravedad de cuando una mujer es diagnosticada con cáncer, en especial si es mamá y el sostén de su familia. Si le pasa algo a ella deja desprotegido al núcleo, queda un vacío en el corazón de sus hijos que nadie puede llenar.

En ocasiones los compañeros de vida de las enfermas son unos cobardes o no saben cómo afrontar una situación límite; cuando todo se derrumba, quienes juraron amor eterno huyen y el entorno familiar se vuelve más difícil.

Tal vez no hay números para explicar esto, sin embargo las víctimas y sus médicos son los fieles testigos del abandono que sufren muchas pacientes.

Es recurrente ver a damas que comenzaron el proceso acompañadas por sus parejas y después de cierto tiempo las visitas a los centros de salud se hacen individuales. ¡Una tristeza total!

Tampoco hay estadísticas del sufrimiento, el deterioro que causa en las mujeres, pues en medio de su lucha el acompañamiento familiar es vital, podría marcar la diferencia entre la vida y la muerte.

Sí, es difícil e incomprensible para una mujer que sus senos le sean arrebatados, pues algunos aseguran que son la máxima expresión de la feminidad. En efecto es un asunto de construcción social, pero de igual forma repercute.

Los que es innegable es que se trata de una realidad bastante dura, es un mal que golpea a nuestras coterráneas. El padecimiento es la segunda causa de fallecimientos a nivel nacional, tan solo superada por las cardiopatías, pero en la población femenina el cáncer de seno es la principal causante de los decesos. Pese a las campañas de prevención, las estadísticas muestran una realidad que urge mejorar.

Los números no son ajenos, Costa Rica lleva años tratando de disminuir el efecto, luchando contra el enemigo que siega la vida de cientos en un abrir y cerrar de ojos.

Somos las mujeres quienes tenemos la sartén por el mango y podemos sin duda alguna dar un giro de 180 grados a este panorama sombrío. Basta con sacar unos 10 minutos para practicarnos el autoexamen.

No es complicado, es rápido y marcará en una buena parte de los casos la diferencia entre la salud y la enfermedad. Las féminas somos perseverantes y emprendedoras, podemos con esmero cambiar los números si actuamos a tiempo y de forma responsable.

Recuerde que esos minutos de autoexamen le darán la posibilidad de compartir más con sus seres queridos.

Unamos esfuerzos, seamos conscientes y responsables en un tema que requiere atención, pues consume la vida de muchas de nuestras damas, ahora desde temprana edad.

Debemos entender algo, los senos son bellos pero si los perdemos no dejamos de ser mujeres, hermanas, madres, trabajadoras, hijas de una Costa Rica que tiene que luchar contra este fatal padecimiento.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Viernes 04 Octubre, 2019

HORA: 12:00 AM