¿Por qué cambiar lo que está trabajando bien?

Editorial

Cuando un costarricense sale al extranjero y lastimosamente se enferma o tiene un accidente, se percata de lo bueno que es el sistema de salud nacional. Sin embargo, así como cuenta con muchos aspectos positivos, también tiene puntos negros bastante relevantes debido a los cuales los ticos se cuestionan si todos los rebajos que se efectúan para mantener la institución valen la pena, pues muchas veces asistir a ciertos centros médicos es toda una tortura.

Quizá, por eso tiempo, atrás la Caja Costarricense de Seguro Social había tomado la decisión de que ciertos ebais del país fueran administrados por las cooperativas de salud.

Eso hasta el momento tenía muy contentos a los usuarios que a diario usaban estos servicios, pues se aseguraban de que los atendían de manera oportuna, rápida y hasta eficiente.

Sin embargo, los contratos que hasta el momento tienen estas cooperativas con la Caja están prontos a terminarse y en un futuro cercano no se vislumbra la apertura de la licitación para adjudicar nuevamente el servicio.

De ser así nos preguntamos, ¿por qué si algo está funcionando bien y parece que se brinda un buen servicio se tomará la decisión de no proseguir? Definitivamente, esto será un retroceso para todos aquellos que asisten a estos ebais y se encuentran contentos con el servicio.

En este escenario preocupan varios asuntos, entre ellos las personas que se quedarían sin empleo en caso de que las cooperativas no sigan, pues vendrían a engrosar las estadísticas de los desempleados en Costa Rica, que por cierto ya son bastante preocupantes.

De no darse la adjudicación, se perderían nada más y nada menos que 1.000 empleos entre médicos, personal de limpieza, especialistas, enfermeros y choferes.

Otro punto que debería preocuparnos a todos los ticos es que, si se institucionalizaran todas estas áreas de salud, se estarían gastando más de ¢10 mil millones anuales con respecto a lo que se invierte en este momento. Entonces nace la interrogante: ¿no es que estamos en un período de recesión y ahorro? ¿O será que eso aplica para unas cosas y para otras no?

Este dinero bien se podría usar para mejorar algunos de los servicios que ya se dan, ya que por cierto en algunos lugares no son tan eficientes como quisiéramos y allí ir a emergencias se vuelve toda una odisea.

¿Por qué ponerse a experimentar con un servicio que ya tiene 30 años de existir y hasta el momento han salido bien? Muchas veces estas ideas e “innovaciones” de algunas cabezas terminan saliendo muy caras, no solo a la institución sino a todo el pueblo costarricense.

En caso de que esto termine sucediendo, como asegurados a los cuales nos rebajan un monto del salario cada mes, no nos quedará más que hacer uso de las contralorías de servicios para que zoquen las clavijas y den el servicio por el cual se paga.

Esperamos que pongan personas con ganas de trabajar, con buen servicio al cliente y no de los que hay ahora, que parece se comieron un limón agrio antes de entrar. Ni qué decir de los malos modos, en especial cuando en la ventanilla le toca el turno a un adulto mayor, al cual hay que explicarle de manera detallada los procedimientos.

Además, en muchos casos los asegurados nos sentimos burlados por el sistema. Vemos cómo a alguien que se denuncia lo suspenden para investigarlo, o sea vacaciones pagadas por todos nosotros, para que al final no terminen en nada y vuelva a cometer sus negligencias. La idea no es esa, sino tener la certeza de que en realidad haya consecuencias.

Finalmente, cabe recordar y tener presente que esas contralorías no solo tienen por función que la gente llegue a quejarse, sino que se puede pedir ayuda, por ejemplo, en el área de trámites administrativos, normativa y lo más importante: el acceso a las citas y los servicios.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Lunes 17 Febrero, 2020

HORA: 12:00 AM