El sistema músculo-esquelético es uno de los más completos que existen. Nos da estabilidad al caminar, correr o saltar. Para lograr esa dinámica perfecta de movimiento como el que vemos en las gimnastas, que realizan saltos dobles y triples en sus rutinas de piso, se requiere que un complejo sistema mecánico trabaje al mismo tiempo sincronizado y capacitado para soportar semejantes esfuerzos. Eso significa dos cosas: la primera, que los músculos, tendones, articulaciones, ligamentos, huesos, meniscos y otras estructuras como las bursas tienen una gran capacidad de movimiento, gran resistencia y mucha fuerza. La segunda es que dicha capacidad puede aumentarse mediante el ejercicio físico cuidadosamente dirigido y constante. Y he aquí la cuestión. Cerca de un 25 % de la población ha tenido una lesión de hombro. Es una de las más frecuentes y puede ser leve con apenas dolor al movimiento o puede también llegar a ser incapacitante. Estas lesiones pueden ser secundarias a un esfuerzo físico deportivo en un atleta de alto rendimiento como en una persona no deportista a cualquier edad que realice un “mal movimiento” articular de su hombro lesionando alguna de las estructuras que la componen.
La articulación del hombro tiene una gran movilidad. En ella convergen la cabeza del húmero, que es una formación ósea redondeada, la escápula, la clavícula, los ligamentos, el menisco, las bursas y los músculos. A todo esto se le llama también manguito rotador. El hombro puede doler entonces por lesión de dicho manguito en el cual se puede dañar un ligamento, tendón o un músculo. El principal síntoma es dolor e incapacidad funcional de la articulación a la hora de mover el brazo. Algunos sienten dolor a la hiper extensión, o sea al levantar el brazo hacia lo más alto o al extenderlo hacia atrás en rotación. El dolor puede ser una sensación punzante leve o un dolor agudo severo que le impide levantarlo.
Estas lesiones se observan en pintores, electricistas, carpinteros o en deportistas que utilizan mucho su articulación con fuerza como los beisbolistas, basquetbolistas, porteros de fútbol, tenistas y pesistas. Pero también lo vemos frecuentemente en las amas de casa que levantan repetidamente ollas pesadas y hasta por el simple hecho de ponerse el brasier al cerrarlo atrás.
Si presenta dolor a la movilización del hombro, es importante evitar inicialmente los movimientos que le producen dolor y visitar a su médico para que le realice un examen físico y le envíe las pruebas diagnósticas pertinentes, sea radiografías, ultrasonidos o una resonancia magnética.
El tratamiento varía dependiendo de la estructura lesionada y puede llegar a requerir únicamente de fisioterapia y reposo, pero también de antiinflamatorios y en algunos casos hasta de cirugía en caso de rupturas musculares severas, según lo considere el ortopedista.
*Clínica Médica del Sur
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CRÉDITOS: Dr. Álvaro Sanabria*
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Miércoles 21 Agosto, 2019
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