Canto de riachuelos, yigüirros y médicos especialistas

Sabías que: cada nuevo año, a inicio del mes de febrero, marzo, abril y hasta en un mayo, retrasado por los fenómenos atmosféricos; cuando empiezan a cantar los yigüirros, pidiendo las lluvias según las viejas y aún actuales ideas ticas; estos maravillosos pájaros cantores nunca traen las mismas hermosísimas tonadas de años anteriores, sino que, sin que sepamos cómo, se las arreglan siempre y enarbolan una melodía diferente, en cada época de su apareamiento y cría de pichones. Sabías que: las cantarinas quebradas que aún bajan de alguna montaña boscosa, de las pocas que nos quedan, cada día traen también diferentes melodías dulces, nunca repetitivas y que aunque en los inviernos, cuando crecen sus caudales y hacen gran estruendo, esos ruidos jamás vienen a turbar nuestro espíritu, sino que siempre tienden a producirnos un efecto desestresante, enaltecedor y a inspirarnos hacia pensamientos, reflexiones y meditaciones de altura; pero que sobre todo cuando los caudales merman, los sonidos que hace el agua al chocar contra las piedras y contra los remolinos que ellos mismos hacen, los cuales, como que les sirven de diapasón y de caja de resonancia, son tan dulces y delicados, que si nos descuidamos algunos segundos y luego minutos escuchándolos con atención, ensimismados, tirados a las orillas verdes de la corriente, tienen el poder casi sobrenatural de hacernos dormir plácidamente y desconectarnos del mundanal ruido, tal y como si fuera, nos imaginamos cantos de sirenas mitológicas o ángeles celestiales. Sabías que, saliéndonos de estos bellos sueños para entrar en el mundo de las pesadillas reales, a ojos muy abiertos de horrible insomnio: los presidentes de los gobiernos de turno que debemos soportar en el país; ipso facto, iniciando sus administraciones tienen y deben enfrentar las tortas y tortones que les han heredado sus antecesores y predecesores gobernantes, unidas estas muy pronto, a las que el mismo gobernante ya previamente tenía planeado jalarse y las que por múltiples factores sobrevinientes, va produciendo y que si se descuida se le convertirán, crecerán y parecerán a una cría de cuilos o conejos bien alimentados; y que en ese orden de cosas inexorablemente las protestas populares que heredó y que creará, al oponérsele a las cabezonadas, displicencia, cegueras y burradas que él mismo por ignorancia o acomodaticiamente va instaurando, son y traen también como los yigüirros y las quebradas juguetonas sonorísimas, sus propios, nuevos y diferentes listados de ruidos desafinados y molestos, de las consignas que se gritan por las calles con absoluto derecho, legalidad y sobre todo justicia, en sus reclamaciones, solicitudes, demandas y peticiones políticas, sociales, económicas, siempre bien motivadas por los atropellos gubernamentales y estatales y fundamentadas en los principios sagrados y gravados con sangre y muerte de los que valientemente nos heredaron los mismos. Sabías que: estas huelgas ( siempre, simples huelgas, que nunca dejarán de significar en su concepto semántico puro, un sinónimo antiguo del “basta” y del “basta ya”: basta ya de atropello señores gobernantes, patronos o cualesquiera detentadores de poderes cuando se exceden con estos, que nada ni nadie podrá ni deberá cambiar su nombre para luego intentar manipular el vocablo y andar inventándose nuevas, subrepticias y mal intencionadas interpretaciones antojadizas, pues así se llaman y nada más y son el único medio de protesta que le queda a las masas oprimidas y explotadas, para intentar ejercer mínimas defensas contra un sistema opresor, de cualquier ideología que pretenda perjudicarlo) o reclamaciones populares, no serían necesarias, sí, con un poquito de inteligencia y verdadera voluntad real y sincera, se le entra con valentía y seriedad de decisión, a resolver con atino, y como se debe y urge hacer, los diferentes problemas conocidos intersubjetivamente por toda nuestra sociedad, que de forma natural o desnaturalizada o en forma antojadiza y acomodaticia, aparecen en las administraciones gubernamentales y/o estatales, no tendríamos que estar escuchando ese molesto mundanal ruido de los pueblos pidiendo justicia y solución de los problemas que los aquejan diariamente. Sabías que: son mucho más hermosas, envolventes y eufóricas las melodías que producen las muchedumbres alegres, cuando salen a las calles a celebrar algún “logro logrado”; como el gane de un clásico de buen fútbol, una buena actuación de nuestra selección nacional o un Combo de la venta del ICE frustrado allá por el año dos mil, cuando unos corruptillos, aprovechadillos y traidorcillos neofilibusteros intentaron regalarle a empresas monopólicas extranjeras nuestros más rentables recursos, desde luego dejándose su tajadita de millones de dólares. De último, tomándonos esto con cautela, pues viene de un político; por fin se atrevió el presidente (echándose encima a todos los egoístas empresarios de este país, que siempre todo lo quieren para ellos y que no se bastan con el último regalito fiscal exonerativo); a aprobar algunos derechos laborales, justamente reclamados por los médicos y de alguna forma les enalteció su sagrada y sacrificada profesión. Claro, hubo un poquito de algarabía de esa que produce sonidos bonitos y agradables al oído. Ha quedado demostrado así, para el Presidente de nuestra República y para otras autoridades que hicieron de todo, para que esta buena decisión no se diera, que sin ceder demasiado terreno, como si se hace normalmente con las élites poderosas, sí se puede ser flexible y quitarle un poquito de presión a las protestas, volviéndolas inteligentemente más manejables y tratar de hacer un poco de justicia, con los asalariados siempre sufridos y bastante cumplidores de sus funciones y sin necesidad de alborotar los diferentes gallineros nacionales, donde se sabe hay, valientes gallos sindicalistas y no obligar a que las muchedumbres populares y plebeyas que ellos agremian y asesoran, a que se tengan que tirar a las calles, a alborotar y bullaranguear por sus derechos. Un clavel para el ojal del Presidente, una felicitación en medio de tantas maldiciones que ha tenido que escuchar, una sana experiencia para él y un ojalá, de que no sea una simple golondrina veraniega.

PERIODISTA:

EMAIL:

Lunes 19 Agosto, 2019

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Jaime Flores Cerdas