No votemos por populismo
Felipe Guadamuz Flores
El autor Díaz Tejera (s.f.) menciona en su “Análisis del Libro IV de las Historias de Polibio respecto a la concepción cíclica de las constituciones” una cita del propio historiador griego así: “La monarquía -es decir, el gobierno de uno solo- es el primer sistema espontáneo y naturalmente se establece, este le sigue y de él se engendra de forma preparada y con corrección de sus defectos, la realeza. Pero cambiando esta en los vicios que le son connaturales, viene a dar la tiranía y, a su vez, de las ruinas de una y otra -esto es, de la realeza y la tiranía- nace la aristocracia. Y esta, a continuación y siguiendo la naturaleza, se vuelve oligarquía cuando la multitud se irrita ante las injusticias de sus gobernantes, se engendra la democracia. Y de nuevo, a causa de la insolencia y menosprecio a las leyes por parte de la democracia, con el tiempo llega a la plenitud la oclocracia”. La oclocracia es, de acuerdo con el autor de cita, el gobierno desordenado de la muchedumbre. Costa Rica no se puede dar el lujo de elegir a un oclócrata, pues las consecuencias serían aún peores que el haber elegido a Luis Guillermo Solís.
Los costarricenses estábamos desencantados con la corrupción y el descaro ocurrido por décadas, prueba de ello es que casi 1.300.000 personas votaron contra el PLN en el 2014, el remedio pareciera haber sido peor que la enfermedad y por eso ahora el país cuenta con la tasa de crecimiento de homicidios más alta en su historia (VOA News, 2017), con una tasa de desempleo del 9,1% (INEC, 2017), pese a que la economía mundial ha tenido un crecimiento continuo desde la baja del precio del petróleo con la técnica de extracción del esquisto, que llevó a un cambio fuerte en la industria petrolera (The Economist, 2013) y un crecimiento económico muy alto en el último año (The Economist, 2018). No obstante lo anterior, el PAC no logró tomar ventaja de esta situación y más bien aumentó el déficit del Gobierno central junto con la predicción del Banco Central de una reducción de la producción para el 2017-2018 (Banco Central, 2017). En palabras simples, en tanto la economía mundial crece, el Central predijo que habría una reducción en nuestra producción nacional, todo esto durante el gobierno del PAC.
No obstante lo anterior, sería mezquino decir que todo lo que el actual gobierno ha hecho son desaciertos, pues sí ha logrado ciertas mejoras en temas como la ayuda a mujeres con familias y microempresas, esto de la mano con la organización Horizonte Positivo, un avance en el tema de energías limpias y renovables, por lo menos en la puesta en la mesa, habría que ver qué tan viable será económicamente hablando, la ampliación de la carretera de Circunvalación, entre otras metas alcanzadas, pero que vistas desde un lente general no compensan por los demás desaciertos que han venido dándose a lo largo de estos últimos cuatro años.
Una de las características que a Luis Guillermo Solís le faltó fue la humildad, pareciera que el puesto se le subió a la cabeza y por eso fue que, pese a ser presidente de un país, tomaba el primer traje que se encontraba y se lo ponía encima para aparecer frente a las cámaras, esto le restó mucha credibilidad entre los ciudadanos serios, que no vemos con buenos ojos este tipo de situaciones, ya que nos hace cuestionarnos las habilidades serias de liderazgo del mandatario. No le ayudó tampoco el haber tenido a Mauricio Herrera Ulloa a la par, ya que pareciera que este fue a otro al cual se le subió el puesto a la cabeza y se refirió al resto de nosotros como ciudadanos de “a pie”, pese a que durante muchos años él también lo fue y lo seguirá siendo a partir del 8 de mayo de este año, cuando vuelva a la realidad de clase media en la cual ha vivido a lo largo de su vida.
Una Ana Helena Chacón con don de gentes y humildad no fue suficiente para compensar por los disfraces de Luis Guillermo Solís y sus aparentes amenazas contra la prensa y los críticos, pues hemos de recordar que el gobierno intentó pasar una ley mordaza, la cual afortunadamente no tuvo éxito, y el propio Presidente dijo que tiene identificados a quienes le criticamos. Ahora bien, pese a todas estas situaciones, la administración Solís Rivera no podría considerarse como una oclocracia, pero lo que se está perfilando en campaña en estos momentos sí, pues recordemos que la oclocracia es el gobierno desordenado de las muchedumbres. En tanto que el costarricense educado piensa no ir a votar, porque no sabe por quién hacerlo, el de menos escolaridad y recursos se inclina por el populista, el que despotrica contra el sistema, sea contra la clase la política actual de la cual en algún momento formó parte o invocando a la religión, pese a que el artículo 28 de la Constitución Política es claro en prohibir la propaganda político-electoral con tintes religiosos.
Como no todos leerán los planes de gobierno, porque pensar lo contrario sería un pensamiento ilusorio, quienes sí lo hagamos debemos conversar con nuestros amigos y familiares cercanos para explicarles el peligro de votar por un populista o, peor aún, por un oclócrata, pues un gobierno desordenado y dirigido por incompetentes con egos más grandes que la Catedral Metropolitana podría significar el fin de la democracia en Costa Rica. Recordemos que Hugo Chávez llegó al poder en Venezuela hablando en contra de la corrupción, hoy hay candidatos que hacen eso en Costa Rica, sin embargo el principal problema en Venezuela fue que la muchedumbre votó por Chávez, en tanto que el resto de la gente se quedó en casa, indiferente, y fue porque la gente despreció su derecho al voto y de forma egoísta delegó su decisión en quienes eran menos aptos para hacerlo.
