Costa Rica quedó ubicada en el Mundial Rusia 2018 junto a uno de los “cocos” del torneo. Uno de los grandes favoritos para alzar la copa por el momento futbolístico que vive y porque es una de las potencias en el mapa balompédico: Brasil.
La canarinha, que dirige Adenor Bacchi “Tite”, quedó como cabeza de serie del grupo E. Desde ese mismo momento los rivales situados en los bombos 2, 3 (como la Tricolor) y 4 cruzaban los dedos para no quedar ahí.
Cafú, exlateral brasileño, fue el encargado de destapar las bolitas del bombo 3 y fue quien sacó el nombre de Costa Rica. Cuando lo hizo dibujó una enorme sonrisa. Para ese entonces ya estaban apuntados Brasil (el 22 de junio a las 6 a.m.) y Suiza (rival del 27 de junio al mediodía).
El destino quiso que la Sele se mida por tercera vez en una Copa del Mundo al “jogo bonito” que practica la verdeamarelha. Por último, Serbia (partido de apertura para la Tricolor el 17 de junio a las 6 de la mañana) completó la llave.
Sobre el papel no es un grupo tan temido como el que enfrentó la Nacional en Brasil 2014. De hecho, hace 5 años (para el sorteo de la cita carioca) el mundo futbolístico colocaba a la Sele como la cenicienta en un grupo que tenía a 3 campeones del mundo como Italia, Inglaterra y Uruguay.
En la cancha el equipo de todos se encargó de callar bocas y avanzó en el liderato a los octavos de final, firmando una historia mágica para el fútbol costarricense.
Ahora el grupo no parece de difícil acceso a la siguiente ronda. Tampoco es para fiarse de rivales como suizos y serbios, que les toca superar eliminatorias complicadas en el Viejo Continente.
ESTILOS
Sin duda alguna Brasil parte como el gran favorito para ganar el grupo. Su nivel hoy por hoy es muy superior al de sus tres contendientes. Los números que sacó en la cerrada eliminatoria sudamericana así lo reflejan.
La Brasil de “Tite” pasó un proceso eliminatorio sobrado, sumando 41 puntos de 54 posibles.
Lideró de principio a fin su zona clasificatoria, y ahora está enfocado en sumar su sexto trofeo del mundo. También, pretende borrar la humillante goleada 7-1 que le endosó Alemania en las semifinales del mundial que organizó. Esa derrota golpeó fuertemente al país entero, caracterizado por mostrar siempre un fútbol vistoso y alegre.
Su estilo es de darle un buen trato a la redonda con jugadores talentosos como Neymar, además de proyección por los costados tanto con sus laterales como con los volantes ofensivos.
El jugador del PSG francés comandará una lista en la que destacan nombres como el de Gabriel Jesús, William, Casemiro, Marcelo, Dani Alves o Coutinho, jugador del Liverpool a quien se lo pelea en este momento medio Europa para ficharlo.
Aunque los críticos enfatizan que no se compara con los temidos equipos que presentó Brasil en la cita de 1970 de la que fue anfitrión o en España 1982; de igual manera lo colocan entre la terna favorita para ganar el mundial.
Así que la Tricolor reta ese “jogo bonito”, a como también el juego estético de dos europeos como Suiza y Serbia.
El cuadro helvético, por ejemplo, formó una eliminatoria casi perfecta, aunque una derrota en la última fecha ante Portugal le condenó jugar el repechaje.
Los suizos por lo general presentan una mezcla de jugadores y estilos, debido a que muchos de sus futbolistas tienen raíces de otras latitudes, pero deciden defender la casaca suiza. Eso lo convierte en un equipo impredecible con características únicas.
Basa su fútbol en la fuerza y solidez defensiva, y combina velocidad y picardía. Es un estilo más parecido al sudamericano.
Al igual que Serbia mantienen su estética, por lo general no se salen de su esquema, aunque estén abajo en el marcador.
Los serbios dejaron sin mundial a Gareth Bale al eliminar a Gales, su fútbol es recio y cuenta con un bloque sólido difícil de superar. Sus principales figuras son Nemanja Matic (Manchester United) y Aleksandar Kolarov (Roma).
