Circunstancia
José Calvo
“Yo soy yo y mi circunstancia”, dijo el filósofo español Ortega y Gasset, pero debió haber dicho “mi circunstancia y yo”, o quizá solamente “mi circunstancia”, habida cuenta de que heredamos la inteligencia y el carácter. El mero hecho de nacer es circunstancial, puesto que podríamos nacer en Haití, o en Afganistán, o podríamos nacer mujer, que es en todo el mundo el como de la mala suerte.
Podemos calcular las probabilidades, pero no comprendemos el azar. Robinson Crusoe lo llamaba La Providencia, y don Bosco La Divina Providencia. Y cada vez que escribe la palabra suerte Tolkien la califica: “if luck you call it”.
Bonaparte tenía la suerte muy en cuenta para nombrar a sus mariscales. Tipos como Massena y Grouchy eran muy hábiles comandantes. Y muy arrojados. Pero también tuvieron mucha suerte.
El “método científico” consiste en separar la variación que ocurre en todo en la naturaleza, de la variación debida a nuestro tratamiento o invención. Si esa variación debida a nuestra invención es suficientemente grande, se nos permite decir que nuestro tratamiento parece ser eficaz.
No se puede aceptar o rechazar una hipótesis, tan solo se puede decir que no se puede aceptar o rechazar. No se nos permite decir que nuestro tratamiento es eficaz, tan solo que lo parece: porque todavía podríamos estar equivocados.
En términos técnicos se llama a este error, error de tipo II. El rechazo de una hipótesis cierta se llama error de tipo I, y es muy común cuando uno trata de asegurarse de que su idea es verdadera, porque la hipótesis que uno ha formulado es que es falsa. Asi de precario es el “método científico” en el cual tenemos puestas nuestras esperanzas.
Habiendo dicho ya que el azar es una parte muy importante de la vida, hablemos de Dios, que es una parte todavía más importante, porque no se puede concebir al universo sin un Hacedor, y el azar posiblemente sea uno de los 1000 nombres de Dios.
Una mirada de soslayo a la anatomía comparada nos asegura que somos unos animales, pero una mirada al record nos dice que somos unos animales muy especiales; y una a la teoría de la evolución nos dice que quizá ha habido una intervención.
No podemos entonces negar la intervención del azar en todos los asuntos, ni podemos negar que el universo significa algo que no podemos explicar; excepto por medio de Dios: a cuya imagen y semejanza tal vez estamos hechos.
