Hay que dejar descansar a los muertos

Editorial

Cuando una persona fallece lo más normal es que sus conocidos y los no tan allegados lo dejen descansar en paz, bien dice el dicho que no hay muerto malo, sin embargo, según parece hay personas que no quieren dejarlos morir tranquilos.

No querer dejarlos descansar en paz significa que personas inescrupulosas hacen uso de su nombre y su honor para hacer trámites, los meten en votaciones y hasta realizan negocios usando las identidades de aquellos que ya no están en este mundo, lo que a todas luces es un delito.

Lo peor de dicha situación es que toman el nombre de la persona fallecida y este queda manchado, porque por lo general figura como la cabeza del acto anómalo en el que ha incurrido el farsante, por ejemplo, quedan como los que cobran facturas millonarias y muchos a pesar de estar muertos aparecen como los responsables intelectuales de las estafas.

Ante este panorama, los familiares de difuntos cuyas identidades se haya usado para tales irregularidades deberían procurar que los responsables de manchar el prestigio y honor de sus allegados con el fin de cometer actos anómalos paguen por ello, porque no es justo que se juegue con la memoria de un muerto que quizás en vida fue un excelente e intachable ciudadano.

Lamentablemente, ninguna institución ya sea público o privada se salva de estas cosas porque en los afectados del pasado están Hacienda y Migración, sin embargo, ahora le tocó el turno a la Corporación Arrocera Nacional (Conarroz) donde varias personas muertas aparecían en su padrón de votación para la Asamblea de arroceros.

Esta situación les había generado problemas durante varias sesiones, pues les había imposibilitado destituir a alguien que ya no querían en la presidencia. Así las cosas y con la molestia de los agremiados, se va a llevar el caso hasta el Ministerio Público, para al fin dar con los culpables de permitir que esto sucediera.

Tal vez no se haya cometido un delito, pero al parecer sí se aprovechó dejar el padrón de esa forma por conveniencia, es decir, se hizo algo anómalo que se debe de investigar, pues hasta que no haya una sentencia no se puede declarar a una persona como culpable tal vez y fue tan solo un descuido, sin ninguna mala intención.

Entendemos la posición de algunos de decir que no tienen manera de darse cuenta si una persona murió, debido a que pasa vario tiempo para que el deceso sea reflejado en los datos del Registro Civil, lo que posiblemente sí denota es que entre los mismos agremiados no hay cercanía, porque pensar que una persona no sepa que uno de los productores de su misma zona murió eso sí que resulta un poco extraño.

Bien dicen las abuelas que las malas noticias y los chismes se propagan como pólvora y sin lugar a duda una muerte encaja perfectamente dentro de una de estas dos.

En el caso de los arroceros y ante la situación que están pasando, lo mejor sería que lleguen a un acuerdo para poder seguir la lucha que tienen que dar por el tema de los productores, de lo contrario los pleitos van seguir entorpeciendo sus labores y ellos mismos van a ser los más perjudicados.

Ahora no queda más que, cuando un familiar muere, estar en todas, para ver que no lo involucren en ningún acto anómalo, como se sabe ahora muchos vivillos están al pendiente de las esquelas del periódico para usar su nombre para delinquir.

Es complicado pensar que en la actualidad nuestros familiares ya ni puedan morir tranquilos porque en cualquier momento su nombre puede ser usado para involucrarlo en un acto contra la ley, por lo que resta es estar constantemente alerta viendo si no aparece inscrito en sociedades nuevas o con propiedades que no tenía a su nombre.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

EMAIL: [email protected]

Lunes 22 Mayo, 2017

HORA: 12:00 AM