Costa Rica o Venezuela: ¿Cuál es su prioridad, señores diputados?
Wilson Arroyo Oconitrillo*
Cada minuto de una sesión legislativa en este país le cuesta millones a las y los costarricenses. Desde asesores, dietas, servicio de cafetín, servicio telefónico, combustible, entre otros gastos, cada palabra derramada en el Plenario del Primer Poder de la República tiene un costo. En favor de la democracia y pluralidad en Costa Rica, hemos apostado a este modelo como una inversión, para que desde la Asamblea se haga control político de la gestión pública y se aprueben proyectos de ley que hagan avanzar al país.
Sin embargo, pregunto: ¿la ciudadanía está dispuesta a que ese tiempo y recursos se inviertan hablando sobre asuntos internos de Venezuela o cualquier otro país? Personalmente, no estoy de acuerdo. Primero, porque nuestro país además ya invierte un jugoso presupuesto en un Ministerio de Relaciones Internacionales, por lo que no existe necesidad que justifique estar sacando comunicados y discutiendo por horas sobre estos temas, es innecesaria la duplicidad de funciones, que nos sale muy cara.
El último episodio de esta naturaleza lo protagonizó el diputado Rolando González el pasado jueves 16 de febrero, quien presentó una moción para condenar al Gobierno de Venezuela por ordenar la salida del aire del canal CNN en su país, dando paso a una discusión de casi dos horas en el Plenario. No voy a defender la decisión del Gobierno venezolano, pero, ¿acaso en Costa Rica no hay temas realmente urgentes que atender desde la Asamblea Legislativa?
Ahí en la corriente legislativa hay proyectos urgentes, nuestro país atraviesa una crisis fiscal, la vida del costarricense cada día es más estrecha como para gastar horas hablando de otro país por ocurrencia de una persona. La pobreza, el desempleo, la crisis del Seguro Social y la evasión fiscal no dan tregua, día a día lastiman a miles de costarricenses. Señores diputados y diputadas, no sean desconsiderados con el pueblo, por favor fijen sus prioridades, ordenemos la casa, dignifiquen su investidura y ocúpense de los problemas más urgentes de nuestra patria. ¡No hay tiempo que perder!
*Estudiante de Historia y
Enseñanza de los Estudios Sociales
