Tecnología y naturaleza humana
José Calvo
Oímos con frecuencia el aserto de que la especie humana ha progresado mucho en tecnología, pero que no ha progresado nada en moral: podemos decir que los humanos somos los mismos inmorales de siempre. O podemos decir que no hemos cambiado nuestra naturaleza homicida a pesar del progreso de la tecnología. La falta de progreso moral y el incremento de progreso teconógico dictan la desaparición de la especie.
La desaparición puede ser por la bomba, porque los arsenales están intactos aunque ha desaparecido la preocupación. O puede ser por el límite ambiental: la contaminación del agua y el aire; la desaparición de la fauna y la flora que nos complementan; la concentración de la riqueza en las manos del 1%: y la revolución.
Mientras tanto, los humanos seguimos presumiendo del avance tecnológico: mucho de la nube y de la reproducción tridimensional, pero la intelligentsia casi no habla de la creciente corrupción, de la criminalidad, de la pobreza.
El problema más acucioso que enfrenta la humanidad es desacoplar el mérito y la posesión: la distribución de la riqueza.
El mundo estaba dividido entre naciones colonialistas y naciones coloniales. Como ahora entre naciones ricas y naciones pobres. Entre personas ricas y personas pobres… división que solo conduce a la inestabilidad social. Hay que desacoplar la posesión del mérito.
No debe haber una persona con una fortuna de miles de millones de dólares mientras haya personas muriéndose tiradas en la calle; o teniendo que vivir en su carro.
No es solo que los trabajadores ayudaron a producir la riqueza que ostenta el propietario. Es que los inútiles en la producción son familiares de los útiles: no se puede evitar. A la larga lo que hay que discutir es el derecho a vivir: ¿Solo deben vivir los que producen? Porque los útiles no son posibles sin los inútiles. No es posible para la especie humna deshacerce de los incapaces. Son parte inevitable de la humanidad.
No se puede abandonar a su suerte a la porción que no dispone de la tecnología de la información. Y el motivo más común de la disposición de esa tecnología es la riqueza. Hay una gran porción de la humanidad que no la puede tener, y no podemos pensar en que serán esclavos de los que la tienen. El problema más acucioso de la humanidad es entonces la distribución de la riqueza. Por eso no hay más remedio que pensar en la renta básica garantizada.
