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Espectáculos

El nuevo horizonte

Sexo anal

Las prácticas sexuales que incluyen la región anal, y en particular la penetración del orificio del ano, sea con el dedo o con el pene, se denominan coloquialmente sexo anal. Sin lugar a dudas la censura milenaria de esta práctica la ha borrado por años del mapamundi sexual de las parejas y diríamos que hasta el abordaje de este tema genera siempre críticas y suspicacias. El desconocimiento reinante es magno y de manera errónea se cree que este tipo de prácticas solo acontece en el marco de una relación homosexual.

De modo sorprendente, la ciencia ha descrito que esta es una conducta apetecida entre hombres y mujeres. Decimos apetecida porque muchas parejas quieren pero no se animan por el miedo a provocar uno de los tantos daños que se dicen por ahí.

Al margen de los múltiples mitos, es importante comprender que hay tres grandes requerimientos para la práctica del coito anal. Por un lado es fundamental el uso del condón, tanto para evitar infecciones al pasar bacterias del recto al pene y posteriormente a la vagina, como para facilitar la penetración. Así el preservativo no puede faltar en este tipo de encuentros.

El segundo requisito es el lubricante, el cual se debe aplicar con generosidad para facilitar la penetración y evitar fisuras, erosiones y daños en las paredes anales. El lubricante ideal es curiosamente el más accesible y barato: el gel hidrosoluble, que se consigue casi en todas las farmacias. Es preciso destacar que el gel debe aplicarse varias veces a lo largo del acto sexual porque por lo general se seca con la fricción producida por los movimientos de penetración. 

El tercer aspecto reside en la importancia de comprender que la cavidad anal requiere múltiples intentos de penetración progresivos para que quede habilitada y dé cabida al órgano sexual masculino. No se puede pretender que, en el primer intento, se consuma la total penetración. Quizá se van a requerir cuatro o cinco decenas de penetraciones parciales, a lo largo de varios días, para disfrutar plenamente de este platillo sexual.

Buena parte de las atrocidades descritas en relación con el sexo anal procede de aquellos ingenuos que han creído como verosímiles las escenas de películas XXX, con argumentos que muestran el coito anal "por vez primera" con intempestivas y profundas penetraciones que generan cascadas de placer. Cuando las parejas tratan de imitar esto en casa se llevan la gran sorpresa de que no solo es posible sino tremendamente doloroso. En la vida real es indispensable habilitar el diminuto orificio anal de manera progresiva.

Por eso siempre decimos que el dolor es la guía. En el momento en que se genera dolor con la penetración hay que detenerse y esperar hasta otro día para continuar con estas penetraciones preparatorias, y la mujer es quien orienta al hombre hasta dónde debe llegar y cuántos intentos se pueden realizar.

Aquellos que encuentran placentera esta práctica deben entender que el sexo anal no gusta a todos, por lo cual se deben respetar las negativas de la pareja y evitar chantajes, berrinches y presiones. La sexualidad es lo bastante amplia como para no empeñarse en una práctica en particular.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

CRÉDITOS: Mauro Fernández

EMAIL: [email protected]

Lunes 27 Junio, 2016

HORA: 12:00 AM

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