Los gatilleros llegaron hasta la Urbanización La Trinidad, en Mozotal de Goicoechea, se bajaron de un vehículo blanco y tocaron el portón, adentro se encontraba Roney Francisco Coto Marín, de 24 años y su amigo Antony Francisco Castrillo Castrillo, de 25 años.
Cuando abrieron la puerta fueron reventados a plomazos, los disparos impactaron a ambos en la cabeza, quedando los cuerpos boca abajo y con un arma en medio, al parecer una pistola 38 que habrían usado para defenderse del ataque.
El comandante, Francisco Cordero, subjefe de la Fuerza Pública de San José, no se atrevió a dar una versión de lo ocurrido, porque todo está muy confuso para las autoridades: “lo que sabemos es que los dos fallecidos se encontraban dentro de la vivienda, hay un arma en medio de ellos, presuntamente un tercero habría llegado, pero todo está bajo investigación del OIJ”.
Cordero confirmó que había una buena cantidad de marihuana en pequeños paquetes dispersos por la vivienda, no se puede determinar si para consumo propio o para la venta.
Don Luis, dueño de la vivienda, explicó que hace un mes y medio se la había alquilado a un hombre quien le dijo que iban a vivir otros dos con él, sin embargo se atrasaron en el pago del alquiler de ¢200 mil.
Incluso los vecinos le advertían de las fiestas que estos sujetos mantenían a altas horas de la noche y la gran cantidad de gente extraña que llegaba al lugar. Por esta razón conversó con los sujetos quienes le dijeron que les diera tiempo para irse el próximo 17 de diciembre y que le adelantarían unos ¢50 mil, sin embargo don Luis no aceptó y les pidió que se fueran.
Socorro Calvo, vecina de la urbanización, dijo que los ahora occisos no eran del lugar, andaban de comunidad en comunidad, “vivieron primero en la Urbanización Montesol y luego en la Karla Marín, hasta que llegaron a parar a La Trinidad, donde los escándalos eran cosa de todos los días, la entrada y salida de hombres extraños era frecuente, al punto que le tuvieron que decir a don Luis que tomara cartas en el asunto”.
FALLECIDO CON ANTECEDENTES
Gissella Marín, madre de Roney, llegó de su casa de Los Cuadros de Guadalupe y lo primero que dijo es que “la güila con la que Roney andaba es una tal Karen”. Aclaró que su hijo se encontraba en régimen de confianza y dormía los martes en el Centro de Atención Integral (CAI), de Guadalupe, tras una condena de 4 años por robo agravado. De hecho le faltaba mes y medio para descontarla, sin embargo la mujer explicó que hace una semana su hijo le dijo que había recibido amenazas de muerte y el pasado lunes 30 de noviembre ella recibió un mensaje al celular donde la amenazaban de muerte a ella y al resto de la familia.
“Me dijeron que es por Roney, que él no se acerque porque están vigilando su casa. Ya saben los días que va al centro. Dígale que andan por él y por Jefferson”, indicaba el recado.
Por su parte el jefe policial Cordero explicó que Antony Francisco Castrillo, si bien no se encontraba en el régimen de confianza, sí tenía un amplió récord delictivo y ahora las investigaciones se centran en esclarecer lo ocurrido.
Según Reinaldo Villalobos, director de Adaptación Social, Castrillo salió el 30 de marzo del 2012, por extorsión simple y accionamiento de arma.
En tanto Roney había ingresado al semiinstitucional de Guadalupe el 5 de agosto del 2015 y descontaba 5 años de prisión por robo agravado, cuya sentencia se cumplía el 20 de noviembre del 2017.
Las autoridades judiciales deberán ahora emplearse a fondo para descubrir las verdaderas causas de estos decesos.
PERIODISTA: Alexander Méndez
CRÉDITOS: Fotos: Isacc Villalta
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Sábado 05 Diciembre, 2015
HORA: 12:00 AM
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