Democracia y derechos humanos en Venezuela
Miguel Ángel Rodríguez
El próximo domingo son las elecciones parlamentarias en Venezuela. Un adecuado proceso electoral sería un gran paso para la superación de divisiones, el recate de su democracia, la plena vigencia de los derechos humanos y la prosperidad en paz para sus ciudadanos.
Por ello un grupo de expresidentes de Iberoamérica hemos propiciado ante el gobierno de Venezuela y ante la opinión pública internacional que se asegure la equidad en ese proceso electoral.
En Costa Rica tuve el honor de acompañar a la señora expresidenta Laura Chinchilla y a los señores expresidentes Luis Alberto Monge y Óscar Arias en una nota al señor presidente de la República, Luis Guillermo Solís, para solicitar el apoyo de nuestro gobierno a la observación de ese proceso electoral.
El señor Presidente -fiel a la larga y destacada tradición nacional de patrocinio a la democracia y a la vigencia de los derechos humanos- nos comunicó que había mantenido “conversaciones con homólogos para concientizar de la importancia de requerir a Venezuela rendir las garantías para un proceso electoral transparente, verificable y creíble”.
Además el señor ministro de Relaciones Exteriores, don Manuel González -que ya había personalmente insistido en la OEA sobre la importancia de la observación electoral de ese proceso-, se dirigió a la señora Delcy Rodríguez Gómez, ministra del Poder Popular para las Relaciones Exteriores de Venezuela, en una muy conceptuosa carta que presenta “nuestra respetuosa vehemencia para insistir,…, en la urgente necesidad de que una Misión Observadora de la OEA pueda acompañar el ejercicio electoral…”.
Además de la digna y sólida posición de nuestro gobierno, el señor secretario general de la OEA, Luis Almagro, dirigió una carta pública a la señora Tibisay Lucena, rectora principal del Consejo Nacional Electoral de Venezuela, en la que lamenta el rechazo a la observación electoral de la OEA y detalla las graves debilidades del proceso electoral, que solo afectan a los partidos de oposición. Da gusto ver a la OEA recuperar su vocación por la democracia y el respeto a la Carta Democrática Interamericana.
El recién electo presidente de Argentina, señor Mauricio Macri, ha indicado que pedirá en Mercosur la aplicación de la cláusula democrática a Venezuela. Claro, eso variaría con libertad para los presos políticos y respeto a elecciones libres.
Estos importantes acontecimientos pueden contribuir a crear un clima para que -al menos en su ejecución el día de las elecciones y en su conteo- el proceso electoral parlamentario sea equitativo y que el gobierno de Venezuela respete el resultado. Pido a Dios y espero que el asesinato del dirigente opositor local Luis Manuel Díaz en un mitin político no genere más violencia e impida una elección equitativa en paz.
Esta elección debería ser el inicio de un periodo de diálogo y negociación entre el gobierno y la oposición, durante el cual se respeten la independencia del poder judicial y los derechos humanos de todos, en especial la vida, la libertad y los derechos políticos de los opositores.
Así podría el querido pueblo venezolano marchar hacia la recuperación de su paz, su armonía y su bienestar.
Con un grupo de estimables expresidentes amigos de América Latina estaré llegando el próximo 3 de diciembre a Caracas para acompañar en tan trascendentales elecciones a los hermanos venezolanos.
