Irresponsabilidad legislativa paralizará Banco Central
Editorial
La irresponsabilidad de los diputados de la Asamblea Legislativa está por impedir que el país tome decisiones muy importantes relacionadas con la economía, sobre todo en momentos que el gobierno habla de estimular el crecimiento de la producción nacional.
Por más de un año, los legisladores tuvieron la posibilidad de nombrar a dos nuevos directivos del Banco Central de Costa Rica, pero no lo han hecho.
Esto deja varado al país en la aprobación de políticas relacionadas con tasas de interés, emisión de billetes, crédito, manejo de precios y tipo de cambio.
Hoy, ya contra el tiempo, los padres de la patria verán la selección de alguno de los dos postulantes por un acuerdo de los jefes de fracción.
No obstante, si no se llega a un acuerdo, el proceso empezará de cero en la Comisión de Nombramientos y dejarán al ente emisor paralizado hasta nuevo aviso.
Esto ocurrirá no porque los directivos no quieran desempeñar sus funciones sino porque a los diputados les agarró tarde en un momento en que el desempleo toca niveles históricos y la pobreza extrema aumenta en 29.000 personas.
Todas las decisiones que toquen a la economía afectan a la población, ricos, pobres y clase media, a importadores y exportadores, a comerciantes y consumidores, por lo que no es posible paralizar al Banco Central.
Si el nombramiento no se lleva a cabo esta semana, el próximo miércoles no habrá sesión porque no existe forma de aplicar una medida paliativa.
Uno de los aspectos más preocupantes es que no existe acuerdo entre los legisladores sobre quién debe ocupar el lugar de la economista y exdiputada Silvia Charpentier, quien trabaja hasta el viernes.
Pero hay algo peor. Si los diputados hubieran nombrado antes a los sustitutos de José Eduardo Angulo y Laura Suárez habría quedado algo de oxígeno, pero no fue así.
De los siete miembros que deberían estar en la directiva del Banco Central, solo quedarán cuatro y ocupan cinco para sesionar, pero eso no significa que con el reemplazo que se hará queden todos los campos llenos, aún faltarán dos.
Se necesita que al menos sean 30 los congresistas que encuentren un atractivo en la economista de 32 años de la Universidad Nacional, colega del diputado oficialista Henry Mora, porque es la única que podría ir al Central.
Hay otro postulante, que es exdirector del Estado de la Nación, pero no podría ser nombrado por un tema de paridad de género.
Si nada de esto ocurre, estará en manos del Poder Ejecutivo el recomendar a otras dos personas para que sean valoradas por la Comisión de Nombramientos y es de esperar que el proceso no quede otro año empantanado en medio de las discusiones legislativas porque la política económica no espera.
La verdad del nombramiento del directivo del Banco Central pasa por una encrucijada de politiquería donde muchas veces no es el candidato más idóneo sino el que tenga más votos políticos.
Las discusiones en la Comisión de Nombramientos han girado en torno a si a los legisladores les llamaron “pigmeos, miopes y mezquinos”, según consta en las actas legislativas.
No es posible que cuando temas más importantes esperan ser resueltos, como estimular el crédito para que pequeños empresarios puedan emprender un negocio y dar trabajo a otros, los padres de la patria se ocupen de estas discusiones triviales.
El Banco Central de Costa Rica no puede ni debe quedar sin dirección. Urge que los diputados comprendan cuál es su aporte en la resolución de los problemas del país y que no entraben el trabajo de otras instituciones.
Deberían ocuparse de nombrar a los directivos que faltan y no esperar a que otra vez el tiempo los ponga contra las cuerdas porque el ajuste en las tasas de interés y la reacción ante acciones sorpresivas sobre el tipo de cambio no pueden postergarse, si lo hacen, serán ellos los únicos responsables de las pérdidas que esto pueda generar a la economía.
Ojalá el retraso sea por un asunto de parsimonia legislativa y no esté motivado por otros intereses de grupos particulares.
